(zenit –8 julio 2020).- El papa emérito Benedicto XVI ha seguido desde el Vaticano la transmisión en directo del funeral de su hermano Georg Ratzinger —fallecido el pasado 1 de julio–, celebrada este miércoles, 8 de julio, en la Catedral de Ratisbona.
La Santa Misa fue presidida por el obispo de Ratisbona, Rudolf Voderholzer, y concelebrada por el secretario privado de Benedicto XVI, monseñor Georg Gänswein, quien visiblemente emocionado leyó una carta escrita por el papa Benedicto a su difunto hermano.
“Que Dios te pague, querido Georg, por todo lo que has hecho, sufrido y me has dado”, escribió Joseph Ratzinger, de 93 años, en la carta fechada el 7 de julio, y dirigida al obispo Rudolf Voderholzer de Ratisbona, en homenaje a su querido hermano mayor, Georg, fallecido a las 96 años.
Recientemente, el papa emérito viajó a Ratisbona a visitar a su hermano, consciente de que estaba cerca su hora de partida. Benedicto XVI escribe en su mensaje de despedida: “Él no pidió mi visita. Pero sentí que era hora de ir a él de nuevo. Por esta señal interior que el Señor me ha dado, estoy profundamente agradecido”.
Y recuerda: “Cuando nos despedimos en la mañana del 22 de junio, justo antes del vuelo de regreso a Roma, ambos entendimos que sería una partida de este mundo para siempre. Pero también sabíamos que Dios, que nos ha dado esta unión en este mundo también reina en el otro mundo y nos dará una nueva unión”. Se lee en la carta. Oramos por su eterno descanso”.
Al comienzo del Réquiem, el obispo de Ratisbona, Mons. Voderholzer, había recordado una vez más la sorprendente visita de Benedicto al lecho de enfermo de su hermano mayor del 18 al 22 de junio. “Este signo de humanidad emocionó a muchos. Razón de más para compartir tu dolor”, dijo.
El Réquiem fue transmitido en la página web de la diócesis desde la catedral de Ratisbona. Además del secretario privado de Benedicto XVI, concelebró la Eucaristía el nuncio apostólico en Alemania, el arzobispo Nikola Eterovic, y participaron el ex obispo de Ratisbona, el cardenal Gerhard Ludwig Müller, el cardenal Reinhard Marx, de Munich y el obispo Gregor Maria Hanke, de Eichstätt. El servicio fúnebre fue organizado musicalmente por una escuela de 16 antiguos alumnos del coro de la Catedral.