(zenit – 24 julio).- Hoy es el día elegido por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para reabrir la antigua iglesia bizantina de Santa Sofía de Estambul como mezquita para el culto musulmán, 24 de julio de 2020.
En una ceremonia con 500 invitados para la inauguración del nuevo estatuto del templo, el mandatario musulmán ha convocado el primer rezo musulmán en 86 años. La explanada exterior y contigua plaza de la Mezquita Azul permanecerán abiertas desde las 10 horas (hora local), tres horas antes del inicio de la oración.
Santa Sofía, convertida en mezquita en el siglo XV tras la conquista otomana de Constantinopla y convertida en museo en 1934 a instancias del entonces presidente Mustafá Kemal Ataturk, fue declarada hace unas semanas como mezquita después de que el Gobierno turco recibiera autorización judicial. La transformación ha recibido numerosas críticas: del Ejecutivo griego, que considera la decisión un “desafío al mundo civilizado”, de la Iglesia Ortodoxa, del Vaticano y de la UNESCO. Y cuenta con el respaldo de organismos islámicos de Qatar, Pakistán o Malasia.
“Evitar las divisiones”
Entre los numerosos reproches, Mohamad Abdel Salam, secretario general del Alto Comité para la Fraternidad Humana (HCHF) y asesor especial del gran imán de Al-Azhar Ahmad al Tayeb, ha escrito una carta al Consejo Mundial de Iglesia (CMI) llamando a “evitar cualquier iniciativa que pueda socavar el diálogo interreligioso y la comunicación intercultural y crear tensión y odio entre los seguidores de las diferentes religiones”.
Así, el Alto Comité suscribe: “Reconocemos el valor cultural y espiritual de Santa Sofía para toda la humanidad y, por lo tanto, apoyamos su llamamiento para evitar las divisiones y promover el respeto y la comprensión mutua entre todas las religiones”.
Comité de Fraternidad Humana
Según el Comité de Fraternidad Humana, los lugares de culto deben transmitir “un mensaje de paz y amor para todos” y no ser utilizados para “contribuir a la segregación y la discriminación, en un momento en que el mundo realmente necesita responder al llamado de las religiones a buscar la solidaridad y fortalecer los valores de la convivencia y la fraternidad humana”.
En este sentido –subraya la carta– es necesario “evitar cualquier iniciativa que pueda socavar el diálogo interreligioso y la comunicación intercultural y crear tensión y odio entre los seguidores de las diferentes religiones” y, en cambio, dar “prioridad a los valores de la convivencia”.