(zenit – 18 agosto 2020).- “Oremos por el pueblo bielorruso, que lucha por sus derechos y su libertad, por el fin de la violencia y el restablecimiento de la justicia, por la paz y la armonía social…”. Estas son las oraciones solicitadas por su beatitud Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kiev-Galitzia y toda Rusia, en una carta al arzobispo de Minsk, Tadeusz Kondrusiewicz, presidente de la Conferencia Episcopal Bielorrusa, y al archimandrita Serhiy Hayek, visitante apostólico de los greco-católicos de Bielorrusia.
El prelado expresó su apoyo en la difícil situación a la Iglesia Católica de Bielorrusia y aseguró que su Iglesia cada noche, a las 9 pm, ofrece una oración especial por el pueblo de Bielorrusia.
Varias protestas callejeras han superado a Bielorrusia tras la reelección de Alexander Lukashenko a la presidencia, quien ha guiado a la nación ininterrumpidamente desde 1994.
En la carta, su beatitud Shevchuk subraya creer que “Dios, único Señor de la historia humana, puede estar invisiblemente presente en las calles y plazas de Bielorrusia para asegurar su cercanía y su salvación a estas personas que sufren”.
El pastor greco-católico dijo entonces que reza por “la protección de Bielorrusia de las fuerzas externas y enemigas, por la preservación de la unidad del pueblo bielorruso y por la independencia e integridad territorial de su Estado”.
Invitación a los niños
Dirigiéndose directamente a los niños de la Iglesia Católica Griega, monseñor Shevchuk los invitó a “rezar con fervor por el fin de la violencia contra los inocentes, por el restablecimiento del orden social y por la comprensión del pueblo bielorruso, por la paz y la preservación de la unidad e integridad del Estado bielorruso”.
Emitiendo una invitación, el jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana pidió una oración adicional para el pueblo bielorruso “todos los días a las 9 pm para rezar por la paz y la serenidad en Ucrania”.
Asimismo, el Papa Francisco hizo un llamamiento a favor de la situación de Bielorrusia después de que su ángelus del domingo 16 de agosto, y muchas Conferencias Episcopales de la Iglesia universal, han expresado su solidaridad.