(zenit – 4 sept. 2020).– La presentación del libro Mujeres Brújula en un bosque de retos (Espasa-Planeta), escrito por Isabel Sánchez, la mujer que ocupa el puesto más importante en la dirección del Opus Dei, tuvo lugar ayer, 3 de septiembre de 2020, en el hotel Conde Duque de Madrid, España.
Isabel Sánchez Serrano (Murcia, 1969) dirige desde 2010 la Asesoría Central del Opus Dei, el organismo compuesto por mujeres que asesoran al prelado en el gobierno del Opus Dei. Es licenciada en Derecho, vive en Roma desde 1992 y trabaja para las más de 50.000 mujeres que forman parte de la institución en 70 países.
Experiencias de 75 mujeres
Sánchez recoge en su libro las experiencias de 75 mujeres que trabajan en los cinco continentes liderando proyectos sociales para mejorar su entorno, informa un comunicado de la Oficina de Prensa del Opus Dei.
Hoy, 4 de septiembre de 2020, a las 21:30 horas tendrá lugar una presentación digital de la obra, a través de la cuenta de Youtube de Espasa. En ella participarán la autora y Gonzalo del Prado, periodista de la cadena televisiva española Antena 3.
Mujeres Brújula
Fruto de su trayectoria y de su cargo en la Obra, Isabel Sánchez ha conocido el trabajo de muchas mujeres que denomina “mujeres brújula”, “alguien que llega a ser punto de referencia para los demás, señala el norte, marca el camino y acompaña hasta la meta”.
Los beneficios del libro irán destinados a becas de Harambee ONGD para el proyecto Guadalupe, con el objetivo de que investigadoras africanas estudien en el extranjero para ayudar después a su continente.
“Cuando la editorial me propuso poner por escrito mis reflexiones sobre cuestiones como la mujer, el trabajo, la familia o la educación pensé en volcar la experiencia de otras mujeres que, aunque desconocidas en su gran mayoría, son, para mí, referentes”, señala Sánchez Serrano.
Feminismo integrador
A lo largo del libro, y a raíz de los testimonios de las protagonistas, Isabel Sánchez aborda algunas cuestiones de gran actualidad como las consecuencias de la COVID-19, el trabajo, feminismo, liderazgo, maternidad, familia, solidaridad, vulnerabilidad.
En relación a la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres, Sánchez Serrano plantea un feminismo integrador, en el que “mujeres y hombres trabajan codo con codo para construir un nuevo modelo de sociedad que dé respuesta a las inquietudes que el futuro nos plantea”.
Sociedad del cuidado
Sobre los retos en el ámbito laboral, la autora escribe que “en la vorágine de la cuarta revolución industrial y en el umbral de la quinta, la transformación del trabajo puede llevarnos hacia una encrucijada vital: o conformamos una sociedad del descarte, o una sociedad del cuidado”.
Esta sociedad del cuidado está en manos de hombres y mujeres y “necesitamos hombres y mujeres capaces de sentimientos radicalmente humanos, como la misericordia y la compasión”, apunta.
“Esto requiere repensar la organización de los trabajos para que realmente faciliten las relaciones humanas y la conciliación entre familia y trabajo”, explica también. Y afirma que penalizar la maternidad y la paternidad “no es un problema de la mujer, es un problema de todos, y quizá la primera batalla será lograr ese convencimiento”.
La autora plantea propuestas para la convivencia, desde la base de que “somos todos imperfectos en busca de quienes acepten nuestras imperfecciones, así que una de las primeras guías para la existencia feliz será aprender a convivir con nuestras propias limitaciones y con las de los demás”.
Liderazgo e identidad
En cuanto al liderazgo, considera que “para marcar un camino debemos tener claro el norte. Si no somos líderes, el norte nos lo marcan otros; si lo somos, el norte es nuestro: fruto de nuestro conocimiento y nuestra libertad, que proponemos a otros mediante el diálogo y el ejemplo”.
En su opinión, los líderes del día a día deben “desarrollar un pensamiento crítico, perder el miedo a recibir dislikes, e ir contra lo políticamente correcto cuando sea necesario para defender los valores o la identidad”.
Al hablar de sus convicciones religiosas, la autora se muestra defensora de una práctica religiosa libre y personal y sostiene que “un cristiano puede ser para el mundo un agente ecológico de la dimensión religiosa, que ayude a purificar las ideas contaminadas sobre Dios y cancele las sospechas que aún siguen pesando sobre Él —el tirano, el aguafiestas de los hombres, el acusador continuo, el ladrón de la felicidad jugosa y vital—”.
Mujer e Iglesia
En cuanto al papel de la mujer en la Iglesia, defiende “una fina labor de criba, para descubrir encargos que se han ido adhiriendo a las competencias de los sacerdotes, como si les pertenecieran en exclusiva, cuando podría no ser así”.
En su opinión, “el afán de ir sumando encargos y misiones en la Iglesia como meta para las mujeres resulta pobre y reductiva, pues la contribución femenina va mucho más allá de la mera funcionalidad en el ámbito eclesiástico. Lo más importante que la mujer, como mujer, puede hacer en la Iglesia, lo hace en el mundo”.
Por último, en relación a la COVID-19, Isabel Sánchez habla de la condición de “reclusos urbanos”, vulnerables e interdependientes, con la pandemia que “nos ha puesto ante la vida y la muerte, cambiando nuestros parámetros de interpretación. No somos los dueños del mundo y se nos da la oportunidad de cambiar nuestra arrogancia en confianza”.