Samaritanus Bonus: La familia

Familia (C) Pxhere

‘Samaritanus Bonus’: “El papel de la familia y los hospices”

Quinto apartado del capítulo 5

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(zenit – 2 octubre 2020) .- “Los Estados deben reconocer la función social primaria y fundamental de la familia y su papel insustituible (…) proporcionándole los recursos y las estructuras necesarias para sostenerla”: el documento Samaritanus Bonus aborda el lugar de la familia y del personal de los centros de cuidados paliativos en el cap. 5.

El nuevo documento de la Santa Sede sobre “el cuidado de las personas en fases críticas y terminales de la vida” presenta un claro rechazo a la eutanasia y a la lógica del “rechazo como ensañamiento terapéutico”. Reflexiona sobre temas delicados como la vida prenatal y los estados reducidos de conciencia. Reafirma el derecho a la objeción de conciencia del personal sanitario. Aquí (cap. 5/4), el documento define los cuidados paliativos.

Esta nueva “carta” de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el Fin de la Vida fue publicada y presentada a la prensa el martes 22 de septiembre de 2020. Fue aprobada por el Papa Francisco el 25 de junio y ordenó su publicación. publicación. El dicasterio adoptó el texto el 29 de enero.

Samaritanus Bonus está fechado el 14 de julio, memoria litúrgica de san Camilo de Lelis (+1614), sacerdote italiano, patrón del personal de enfermería. Decía: “Mi música favorita es la que hacen los pacientes pobres cuando uno pide que le rehagan la cama, el otro para refrescarse la lengua o calentar los pies”.

Este es el espíritu de los cuidados paliativos, cuando hay “mucho por hacer”. El documento reafirma de hecho una “ética del cuidado”, con este principio: “cuando curar es imposible, curar siempre lo es”.

Tras la prohibición de la eutanasia y el suicidio asistido , y la afirmación de “la obligación moral de excluir el ensañamiento terapéutico”, el documento llega al “deber de alimentación e hidratación”, antes de especificar la naturaleza de los “cuidados paliativos”. El documento trata aquí del lugar de la familia.

Traducido por Raquel Anillo

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El papel de la familia y los hospices”

En el cuidado del enfermo terminal es central el papel de la familia.[69] En ella la persona se apoya en relaciones fuertes, viene apreciada por sí misma y no solo por su productividad o por el placer que pueda generar. En el cuidado es esencial que el enfermo no se sienta una carga, sino que tenga la cercanía y el aprecio de sus seres queridos. En esta misión, la familia necesita la ayuda y los medios adecuados. Es necesario, por tanto, que los Estados reconozcan la función social primaria y fundamental de la familia y su papel insustituible, también en este ámbito, destinando los recursos y las estructuras necesarias para ayudarla. Además, el acompañamiento humano y espiritual de la familia es un deber en las estructuras sanitarias de inspiración cristiana; nunca debe descuidarse, porque constituye una única unidad de cuidado con el enfermo.

Junto a la familia, la creación de los hospices, centros y estructuras donde acoger los enfermos terminales, para asegurar el cuidado hasta el último momento, es algo bueno y de gran ayuda. Después de todo, “la respuesta cristiana al misterio del sufrimiento y de la muerte no es una explicación sino una Presencia”[70] que se hace cargo del dolor, lo acompaña y lo abre a una esperanza confiada. Estas estructuras se ponen como ejemplo de humanidad en la sociedad, santuarios del dolor vivido con plenitud de sentido. Por esto deben estar equipadas con personal especializado y medios materiales específicos de cuidado, siempre abiertos a la familia: “A este respecto, pienso en lo bien que funcionan los hospices para los cuidados paliativos, en los que los enfermos terminales son acompañados con un apoyo médico, psicológico y espiritual cualificado, para que puedan vivir con dignidad, confortados por la cercanía de sus seres queridos, la fase final de su vida terrenal. Espero que estos centros continúen siendo lugares donde se practique con compromiso la ‘terapia de la dignidad’, alimentando así el amor y el respeto por la vida”.[71] En estas situaciones, así como en cualquier estructura sanitaria católica, es necesaria la presencia de agentes sanitarios y pastorales preparados no solo bajo el perfil clínico, sino también practicantes de una verdadera vida teologal de fe y esperanza, dirigida hacia Dios, porque esta constituye la forma más elevada de humanización del morir.[72]

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Anita Bourdin

Journaliste française accréditée près le Saint-Siège depuis 1995. Rédactrice en chef de fr.zenit.org. Elle a lancé le service français Zenit en janvier 1999. Master en journalisme (Bruxelles). Maîtrise en lettres classiques (Paris). Habilitation au doctorat en théologie biblique (Rome). Correspondante à Rome de Radio Espérance.

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