(zenit – 3 sept. 2020).– El Papa Francisco ha dirigido una carta al pueblo de Perú en este mes de octubre, “el mes morado”, en el que el primer sábado tiene lugar la procesión del Señor de los Milagros.
En la carta, dirigida a monseñor Carlos Castillo, arzobispo de Lima, el Santo Padre se une a la oración de los peruanos “al Crucificado implorando su misericordia y el cese de la pandemia que aflige también a esa querida tierra”.
Dios con nosotros
Para Francisco, el Señor de los Milagros, Cristo crucificado, es la prueba “más linda del amor de Dios hacia el amado pueblo peruano y se muestra “como el ‘Emmanuel’, Dios-con-nosotros que, silencioso sale al encuentro de su gente para darle vida y consuelo, y abarcarlo en el abrazo inmutable de su misericordia y perdón”.
Por otro lado, el Papa indica que, aunque este año no se podrá llevar a cabo la procesión por las calles de la ciudad, esto no impide que el Señor “realice el milagro de llegar a los millares de corazones bien dispuestos” y siga “compartiendo la incertidumbre y el sufrimiento de todos, especialmente, de los más pobres, excluidos y descartados”.
Pruebas de la pandemia
El Pontífice confiesa que se conmueve ante las pruebas a las que están expuestos tantas personas a causa del virus, “que no solo afecta a la salud, sino también a sus vidas, aumentando las injusticias, los sufrimientos, las incomprensiones que golpean la dignidad personal, sin distinción de pertenencia religiosa (…).
“Me gustaría animarlos a mirar una vez más al Señor, Él no nos abandona; nos llama y nos abraza con un amor infinito que nos cura, nos conforta y nos salva”, apunta en la misiva.
Finalmente, el Obispo de Roma se despide asegurando su “oración y cercanía espiritual, impartiendo la Bendición apostólica y encomendando a los fieles a la “misericordia del Señor de los Milagros y al cuidado maternal de la Virgen de los Dolores”.