(zenit – 11 oct. 2020).- Monseñor Domenico Sorrentino, obispo de Asís – Noccera Umbra – Gualdo Tadino, expresó la alegría de la Iglesia local y universal por la gracia recibida con la beatificación de Carlo Acutis, joven italiano que murió en 2006 ofreciendo todos sus sufrimientos por la Iglesia y por el Papa, conocido como el “ciberapóstol de la Eucaristía”.
Carlo Acutis ya es beato. La proclamación tuvo lugar ayer, sábado 10 de octubre de 2020, durante una ceremonia presidida por el cardenal Agostino Vallini, legado pontificio de las basílicas de San Francisco y Santa María de los Ángeles, en la basílica de San Francisco, informa la diócesis de de Asís – Noccera Umbra – Gualdo Tadino en una nota.
El rito de beatificación, tras la petición del obispo, fue seguido por la lectura del cardenal Vallini de la Carta Apostólica con la que el Sumo Pontífice inscribió al venerable siervo de Dios Carlo Acutis en la lista de los beatos.
Después, se descubrió el estandarte con la imagen del nuevo beato. Un momento muy emocionante fue el de la exposición de la reliquia del corazón del joven, que fue llevada en procesión por los padres de Carlo, y luego colocada junto al altar.
Durante la homilía, el cardenal Agostino Vallini, ha destacado que la “oración y misión” fueron los dos rasgos distintivos de la “fe heroica” de este nuevo beato, “que en el transcurso de su vida breve lo llevó a encomendarse al Señor, en todas las circunstancias, especialmente en los momentos más difíciles”.
A continuación, siguen las palabras de agradecimiento de Mons. Domenico Sorrentino, ofrecidas por la diócesis de Asís – Noccera Umbra – Gualdo Tadino y traducidas por zenit.
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“¡Mi alma engrandece al Señor!” Solo están las palabras de María para expresar nuestra alegría correctamente.
Hoy el cielo se ha acercado. Esa “autopista” eucarística que a Carlo le gustaba recorrer a toda velocidad para llegar al Cielo, hoy la ha recorrido en sentido contrario para volver a nosotros con un rostro radiante de dicha.
Gracias al Señor, que ha hecho cosas tan hermosas en su corta pero intensa vida.
Gracias al Papa Francisco que dio este regalo a la Iglesia, reconociendo en Carlo un modelo de santidad especialmente para los jóvenes.
Gracias a los padres de Carlo – Andrea y Antonia – que acogieron este regalo de lo alto en sus vidas, como es un hijo para todos los padres, y respetaron y apoyaron su camino de santidad.
Gracias a la Iglesia de Milán, que lo acompañó en su crecimiento humano y espiritual, introduciendo la causa que hoy lo ha llevado a los honores de los altares.
Gracias a la postulación y a la asociación “amigos de Carlo Acutis” que prepararon este radiante día y a los que se ocuparon del desarrollo de la celebración.
Gracias a los hermanos obispos de las Iglesias de Umbría que, especialmente con la pastoral juvenil, se han involucrado activamente.
Gracias a la fraternidad del Sacro Convento, a las otras fraternidades franciscanas y comunidades parroquiales de Asís por su generosa disponibilidad.
Gracias a la Administración municipal, a la Región, a la Provincia, a las autoridades civiles, a la policía, a los voluntarios, por su colaboración activa.
Gracias a los trabajadores de la curia diocesana que se han dedicado sin ahorrar energía. Gracias a toda la comunidad de Asís, donde Carlos vino a respirar la espiritualidad de Francisco, y luego encontró descanso con sus restos mortales en el santuario de la Expoliación. Aquí, por un diseño providencial, Francisco y Carlos son ahora inseparables.
Más allá de las distancias del tiempo y la diversidad de las figuras, algunos hilos dorados los unen.
El programa de vida de Carlo, siempre unido a Jesús, su amor por la Eucaristía, su devoción a la Santísima Virgen, su amistad con los pobres, lo acercaron a la espiritualidad del “pobrecillo”. Ambos nos invitan a vivir según el Evangelio.
Hoy la Iglesia de Asís-Nocera-Gualdo se regocija, en armonía con la Iglesia de Milán, y con los peregrinos que han venido tan numerosos, incluso en la contingencia de la pandemia. Con la intercesión de Carlo, imploramos al Señor que reduzca el tiempo de esta prueba, tan dura para todos, pero sobre todo para los más pobres, cada vez menos capaces de defenderse.
Con solo mirarlos, casi como un sello de gratitud al acontecimiento de hoy, la Iglesia de Asís, a través del santuario de la Expoliación, promueve una iniciativa de caridad que quiere ser un estímulo para la renovación de la propia economía: el “Premio Internacional Francisco de Asís y Carlos Acutis por una Economía de la Fraternidad”. Es una pequeña respuesta a la encíclica Fratelli tutti que hace exactamente una semana el Papa Francisco firmó en este lugar de gracia. Que Jesús, con el ejemplo de Carlo, nos ayude a tomar la fe más seriamente. Que los jóvenes, sobre todo, encuentren el camino de la verdadera alegría, viviendo la belleza de esta tierra sin dejar de mirar al cielo.
¡Viva Jesús! ¡Viva Carlo con Jesús!