(zenit – 16 oct. 2020)-. La rueda de prensa de presentación de la Jornada Mundial de las Misiones, que se celebra el próximo domingo, 18 de octubre de 2020, y cuyo tema es “Aquí estoy, mándame”, ha sido celebrada hoy, 16 de octubre.
En ella han intervenido Mons. Protase Rugambwa, secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos; Mons. Giampietro Dal Toso, presidente de las Obras Misionales Pontificias (OMP); y el padre Tadeusz J. Nowak, secretario general de la Obra Pontificia de Propagación de la Fe (POPF).
También estaban presentes en la sala para contar su experiencia de vida en la misión: sor Ana Cambongo António, Ángola; el P. Vignandas Gangula, India; y Marco Gibelli y Lucia Truttero, Italia.
Todos llamados a la misión
Mons. Protase Rugambwa indicó que el corazón del mensaje del Santo Padre (“Aquí estoy, mándame”) se refiere a cómo la misión “nos interpela a cada uno, personalmente, en nuestra vocación y en nuestra pertenencia a la Iglesia en el mundo de hoy”.
La celebración de este día es “una fuente de alegría para la Iglesia universal, aunque en las Iglesias locales se celebrará de manera diferente este año, debido a las circunstancias particulares que estamos experimentando debido a la pandemia de COVID-19”.
Así, el secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos invita, junto al Papa Francisco a todos los fieles “a reconfirmar su disponibilidad y su participación activa en la cada vez más necesaria y urgente misión de evangelización de la Iglesia”.
¿Cómo? “A través de la oración, el sacrificio, la reflexión, la ayuda material de nuestras ofertas para el importante objetivo de ayudar y apoyar el trabajo misionero que llevan a cabo, en nombre del Papa, las Obras Misionales Pontificias”.
Financiar proyectos pastorales
Mons. Giampietro Dal Toso destacó que la tarea de las Obras Misionales Pontificias (OMP) es financiar proyectos pastorales y, por lo tanto, “inherentes a la vida de la Iglesia, que lentamente establece sus estructuras en las diferentes partes del globo”.
Aunque la cuestión financiera no sea la primera ni la prioritaria para las OMP, el dinero, sin embargo, “también es una necesidad, al igual que cada alma necesita un cuerpo”, apuntó.
Después, se refirió al fondo creado en nombre del Santo Padre para ayudar a las Iglesias locales a hacer frente a los tiempos de pandemia actuales. Hasta la fecha, se han aprobado y financiado “250 proyectos por un total de 1.299.700 dólares y 473.410 euros”.
Los fondos proceden de colectas realizadas en diferentes lugares por medio de las Direcciones Nacionales de la OMP, en total unas 120. En este sentido, Mons. Daltoso expresó una especial gratitud a las Iglesias “de España, Francia y Corea del Sur, que son las que más han contribuido, pero también a países como Ruanda y Bangladesh que han realizado colectas específicas para demostrar su participación”.
De acuerdo al presidente de las OMP ,“la tarea no está terminada” y el mayor problema al que se han enfrentado muchas iglesias de los territorios de misión ha sido el cierre de las mismas y, por tanto, “la falta de celebración, con la consiguiente falta de colectas”.
Subsidios
Ante esta escasez de recursos en las comunidades, los subsidios han ido a favor de las diócesis “para la supervivencia de los sacerdotes y el pago de los gastos corrientes, pero también para las comunidades religiosas, o las escuelas católicas, así como para las familias que estaban particularmente necesitadas”.
En este sentido, el prelado compartió tres ejemplos concretos: la ayuda para un convento de monjas de clausura en Marruecos, religiosas que viven “notoriamente de la providencia, y por su vocación viven sustancialmente en su convento”; el apoyo a las familias cristianas de Bangladesh, “una minoría minúscula y extremadamente pobre en un país a menudo azotado por cataclismos naturales”; y la ayuda a diversas emisoras de radio y televisión de África para la transmisión de “catequesis y celebraciones litúrgicas”.
Formación y ayuda material
Por su parte, el P. Tadeusz J. Nowak, sostuvo que, gracias a la generosidad de los católicos de todo el mundo, “innumerables iglesias, conventos, centros pastorales, escuelas, clínicas y otras estructuras diocesanas están ahora presentes en territorios que dependen de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos” y “miles de catequistas, sacerdotes y religiosos han participado en programas de formación y ayuda material para su trabajo de evangelización en sus Iglesias locales”.
De este modo, las Iglesias particulares en tierras de misión, especialmente en áreas donde el Evangelio se ha difundido vivamente desde hace poco tiempo, “ahora tienen una infraestructura eclesiástica necesaria y pueden cumplir mejor su mandato de evangelizar las naciones”.
Además, el secretario general de la Pontificia Obra de la Propagación de la Fe recuerda que, en ese día, “todos estamos llamados a rezar y ofrecer lo que podamos por los esfuerzos misioneros y las jóvenes Iglesias en tierras de misión”.