(zenit – 4 nov. 2020).- Los fondos gestionados por la Secretaría de Estado del Vaticano serán próximamente administrados por la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) y controlados por la Secretaría para la Economía (SPE).
Así lo ha indicado hoy, 5 de noviembre de 2020, el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, a través de un comunicado.
De acuerdo al mismo, el miércoles 4 de noviembre el Papa Francisco presidió una reunión cuyo objetivo “era promover la aplicación de lo solicitado por el Santo Padre en la carta (adjunta) al Secretario de Estado, de fecha 25 de agosto de 2020, sobre la transferencia de la gestión administrativa de los fondos de la Secretaría de Estado a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y de su control a la Secretaría para la Economía”.
Comisión de paso y control
En esta misma reunión, el Papa constituyó la Comisión de paso y control, “que entra en funcionamiento con efecto inmediato, para completar, en los próximos tres meses, las disposiciones de la carta al Secretario de Estado”, se lee en la nota.
Esta Comisión está integrada por monseñor Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado, monseñor Nunzio Galantino, presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y el padre Juan Antonio Guerrero, prefecto de la Secretaría de Economía.
Carta del Papa
Igualmente, en el día de hoy ha sido difundida la carta dirigida al cardenal Parolin con la que el Papa dispuso esta medida, el pasado mes de agosto: “En el marco de la reforma de la Curia he reflexionado y orado por la oportunidad de dar un impulso que permita una organización cada vez mejor de las actividades económicas y financieras, continuando en la línea de una gestión que es, según los deseos de todos, más evangélica”.
El Pontífice describe como “de suma importancia” que la misión de cada entidad económica y financiera esté claramente definida “a fin de evitar la superposición, la fragmentación o la duplicación innecesaria y perjudicial”.
La misiva expone que “la Secretaría de Estado es sin duda alguna el Dicasterio que más estrecha y directamente apoya la acción” del Obispo de Roma en su misión, “representando un punto de referencia esencial en la vida de la Curia y de los Dicasterios que forman parte de ella”.
No parece, sin embargo, “necesario ni oportuno que la Secretaría de Estado desempeñe todas las funciones que están ya atribuidas a otros dicasterios”.
En consecuencia, es preferible “que el principio de subsidiariedad se aplique también en los asuntos económicos y financieros, sin perjuicio de la función específica de la Secretaría de Estado y la tarea indispensable que desempeña”.
Con todo ello, Francisco establece que la Secretaría de Estado transfiera “al APSA la gestión y administración de todos los fondos financieros y activos inmobiliarios, que en todo caso mantendrán su finalidad actual”.
Una atención particular, continúa la carta, merece las inversiones realizadas en Londres y el fondo Centurión, “de los cuales hay que salir lo antes posible, o al menos, disponer de ellas de manera que se eliminen todos los riesgos reputacionales”.