(zenit – 24 nov. 2020)-. Al nombrar a mujeres para varios puestos de la jerarquía del Vaticano, el Papa Francisco ha querido que influyeran en “la visión y la mentalidad” sin clericalizarlas y “preservando su independencia”, explica en el libro Ritorniamo a sognare (Volvamos a soñar), que será publicado por Flammarion el 2 de diciembre de 2020.
“¿Cómo se puede integrar mejor la presencia y la sensibilidad de las mujeres en los procesos de toma de decisiones del Vaticano?”. Esta ha sido una de las preocupaciones del Santo Padre, tal y como ha confesado al periodista británico Austen Ivereigh. Se trataba de promover espacios en los que las mujeres pudieran “liderar”, pero sobre todo “dar forma a la cultura, asegurándose de que se valoran, respetan y reconocen”.
“Las mujeres que he designado están allí por sus habilidades y experiencia, pero también para influir en la visión y mentalidad del gobierno de la Iglesia”, añade el Papa: “He invitado a las mujeres a ser consultoras de los órganos del Vaticano, para que puedan usar su influencia mientras preservan su independencia”.
También ha mencionado los nombramientos de mujeres en puestos importantes: Linda Ghisoni y Gabriella Gambino, dos subsecretarias, número 3, del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos; Francesca Di Giovanni, subsecretaria para las relaciones con los estados y “responsable de las relaciones de la Iglesia con las organizaciones multilaterales como las Naciones Unidas o el Consejo de Europa”.
En 2020, el Pontífice nombró a siete cardenales y siete laicos, entre ellos seis mujeres, para el Consejo de Economía. Dijo que eligió a estas últimas “por sus calificaciones” pero también porque creyó que “las mujeres en general son mucho mejores administradoras que los hombres”. De hecho, tienen “experiencia personal en la organización de la vida cotidiana de diferentes maneras, como madres, amas de casa y miembros de grupos de discusión”.
En contraste con una concepción degradante del ama de casa, Francisco cree que “mantener una casa no es una tarea fácil”, ya que es necesario “conciliar intereses diferentes, ser flexible, tener cierta sagacidad” y “hablar tres idiomas a la vez: el de la mente, el del corazón y el de las manos”. Todas las experiencias que dan a las mujeres “una comprensión realista de cómo funcionan las cosas y de las limitaciones y el potencial de las personas”.
“Mucha gente cree erróneamente que el liderazgo de la Iglesia es exclusivamente masculino”, lamenta el Obispo de Roma. “Pero si vas a cualquier diócesis del mundo, verás a mujeres dirigiendo departamentos, escuelas, hospitales y muchas otras organizaciones y programas; en algunas áreas encontrarás muchas más mujeres que hombres entre los líderes”.
“Decir que no dirigen realmente porque no son sacerdotes es clericalismo e irrespetuoso”, concluye.