Un nuevo matrimonio tiende a excluir de la plena participación en la vida sacramental, pero no de la fe cristiana. Foto: Archivo.

Orden del Santo Sepulcro se posiciona sobre personas divorciadas vueltas a casar en sus filas

“La Orden no es indiferente a quienes son víctimas o se encuentran en situaciones de separación matrimonial”

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Por: Valentina di Giorgio

Una de las pocas órdenes medievales que han subsistido hasta el siglo XXI es la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro. Sus orígenes se remontan a 1,300 y actualmente cuentan con unos 30 mil miembros en 40 países. ¿Su misión? Sostener y ayudar a las obras e instituciones de la Iglesia Católica en Tierra Santa. De hecho, la ayuda económica a la que los miembros de la Orden se comprometen representa una de las principales fuentes de ingreso del Patriarcado, utilizados con fines sociales caritativos.

Este mes de junio de 2021 el cardenal patrono de la orden, Fernando Filoni, comunicó a los miembros de la orden que ante diversas cartas en las que le interpelan acerca de la presencia de miembros que viven en nuevas nupcias, pide “comprensión, así como un gran apoyo en la oración y la cercanía hacia los que sufren” así como subraya que “la vida de la Orden es ciertamente una ayuda moral, sobre todo cuando, en tal caso, puede haber un debilitamiento de la fe y del testimonio”. Concretamente sobre los miembros divorciados vueltos a casar, recuerda que “el divorcio es un mal (cf. Amoris Laetitia 246) y un nuevo matrimonio tiende a excluir de la plena participación en la vida sacramental, pero no de la fe cristiana. En ambos casos, se invita a los que asumen responsabilidades, dentro de la Orden en particular, y lo digo con tristeza, a renunciar a su asignación sin renunciar a la finalidad de su pertenencia a la Orden. En realidad, la Orden no es una institución puramente honorífica, sino una forma de testimoniar la fidelidad a Cristo y a la Iglesia, con especial atención a la Tierra de Jesús, en apoyo de la Iglesia Madre de Jerusalén”. No obstante, asegura que “la Orden no es indiferente a quienes son víctimas o se encuentran en situaciones de separación matrimonial” por lo que pide discernimiento según los casos.

Finalmente, el cardenal Filone dice que “es fundamental la elección de miembros con una vida moral íntegra y elevada, y un compromiso generoso, y constituye una etapa delicada en el proceso de adhesión, así como en la evaluación de quienes ocupan puestos de responsabilidad. Pero también es necesario, en el plano moral, evitar las habladurías, las envidias, los celos y el descrédito y, al mismo tiempo, mostrar una verdadera disponibilidad para el servicio por parte de quienes tienen una responsabilidad (Lugartenientes, Presidentes, Delegados, etc.) en la vida de la Orden. No dejemos de mirar a Cristo, que no vino para ser servido sino para servir, y que nos llama a todos a tener plena confianza en él”.

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Redacción Zenit

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