Por: Anita Bourdin.
El escándalo de la pedofilia «debe» ser una ocasión de renovación en la Iglesia, declaró el cardenal australiano George Pell a los micrófonos de Radio Vaticana.
“No podemos seguir en la misma línea. Es una forma de cáncer espiritual y moral”, dice el ex arzobispo de Sydney. Y agrega: “Me parece que en Australia hemos trabajado seriamente para erradicarlo, pero es un deber de todos los sacerdotes y obispos del mundo asegurar que estos escándalos no vuelvan a ocurrir. Demasiado sufrimiento, demasiado dolor. El fenómeno del abuso en la Iglesia muestra una vez más que muchas veces no hemos seguido las enseñanzas de Jesús. Si hubiéramos seguido los mandamientos del Decálogo, todo esto no habría sucedido”.
Un diario de la prisión
Pero la esencia de la entrevista giró en torno al libro del cardenal Pell sobre sus 13 meses de prisión, una experiencia previamente inimaginable para él: “Nunca lo hubiera pensado. Luché duro para que esto no sucediera, pero lamentablemente sin éxito. Fue una combinación de circunstancias y mentiras, pero finalmente llegó mi liberación, gracias a la Corte Suprema».
Mantuvo un “Diario” por muchas razones: “Pensé que podría ayudar a alguien que está luchando, pasando por un momento de dolor como el que yo he experimentado. Y luego pensé que llevar un diario podría ser interesante desde un punto de vista histórico porque no había muchos cardenales que vivieran en prisión. Pero también porque había descubierto que muchos presos se dedicaban a escribir, comenzando -en el mundo católico- por San Pablo. Escribir cuando estás en prisión es una buena terapia».
Oración, fundamental
Afirma la importancia de la fe: “Debo decir que la fe y la oración han sido fundamentales, me han ayudado a cambiar por completo la perspectiva de estos días de detención. Hoy les digo a todos, usando una expresión en inglés, que en la cárcel he tenido la confirmación de que el “paquete” cristiano está funcionando. Mi experiencia muestra cuánto nos ayudan las enseñanzas de la Iglesia, cuánto nos ayuda a orar, a buscar la gracia de Dios. Especialmente cuando entendemos que podemos experimentar nuestros sufrimientos personales en función de un bien mayor, podemos asociar nuestro sufrimiento con el de Jesús. Como cristianos, sabemos que hemos sido redimidos por la pasión y muerte del Hijo de Dios. Vivir esta enseñanza sobre el valor del sufrimiento realmente lo cambia todo”.
El cardenal Pell, que este martes 8 de junio cumplió 80 años y por tanto ya no puede elegir a un nuevo Papa por límite de edad, percibió también el sufrimiento de los demás internos: “En la cárcel estuve en régimen de aislamiento, para garantizar mi protección personal. Nunca vi a los otros once reclusos que estaban conmigo en la misma sección. Solo durante los últimos cuatro meses en prisión pude conocer y hablar con otros tres reclusos. Pero la mayoría de las veces solo podía sentir la ira, la angustia de mis compañeros de prisión, sin tener una relación personal”.
Sin embargo, escuchó las oraciones de los presos musulmanes: “Para mí, solo hay un Dios, somos monoteístas. Las concepciones teológicas de cristianos y musulmanes son obviamente diferentes, pero todos rezamos al mismo Dios de una manera diferente. No existe el Dios de los musulmanes, el de los cristianos o de otras religiones, hay un solo Dios”.
Perdón y mensajes de apoyo
Para el cardenal Pell, el perdón también fue una victoria interior: “Debo admitir que a veces ha sido difícil. Pero una vez que tomé la decisión de perdonar, todo siguió. Pero para mí no fue muy difícil perdonar a la persona que me acusó. Sabía que era una persona que había sufrido y que estaba en gran confusión y quién sabe qué más…”.
En prisión recibió mensajes de apoyo: “Me ha ayudado enormemente. Naturalmente, un gran número procedía de Australia, pero también de Estados Unidos y del resto del mundo. También de Italia, Alemania, Inglaterra, Irlanda. Para mí, esto ha sido de gran ayuda y un gran estímulo. A veces eran las familias las que me escribían. A menudo eran cartas llenas de espiritualidad, a veces de teología, a veces todavía estaban llenas de cultura histórica. Realmente cartas que tocaron una gran diversidad de temas y que me ayudaron mucho».
Su fe en la Providencia no se vio perjudicada: “Aunque a veces no entendía lo que estaba haciendo la providencia de Dios siempre creí que Dios estaba detrás de todo lo que me pasaba». Finalmente, en la entrevista también dice qué aprendió de esta experiencia: “La importancia de la perseverancia. La importancia de las cosas sencillas, como la fe, el perdón, la redención del sufrimiento. En general, cuando vivimos en prisión, nos vemos obligados a enfrentar los temas fundamentales de la vida, las cosas simples y fundamentales. Esto es lo que me pasó y tengo que decir que gracias a Dios sobreviví”.