Por: Tim Daniel
(ZENIT Noticias / Austin, TX, 20.09.2021).- Sólo había un precedente en la historia y en realidad es un precedente muy reciente: el 8 de agosto la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos detuvo la ejecución del recluso John Henry Ramírez quien exigió que un pastor rece y pose sus manos sobre él al momento de recibir la inyección letal.
Una ejecución programada para el 27 de octubre en Texas ha logrado retrasar su ejecución al habérsele dado razón por concepto de libertad religiosa. Y es que Rubén Gutiérrez, quien tiene una condena a muerte por el asesinato en 1998 de una mujer, pidió la presencia y oración de un sacerdote católico al momento de su ejecución.
Mientras se discute la constitucionalidad de ambos requerimientos las ejecuciones no sólo están suspendidas sino que también sus resoluciones ponen en la diana los derechos religiosos de personas -en este caso reos de muerte- por razón de su fe… y de la presencia de sus ministros.