Por: Joachin Meisner Hertz
(ZENIT Noticias / Estrasburgo, 14.10.2021).- El pasado 12 de octubre, la Corte Europea de Derechos del Hombre sentenció contra 24 personas que se querellaban para poder llevar a juicio al Vaticano, en Bélgica, por casos relacionados con abusos sexuales por parte del clero. Los querellantes eran franceses, holandeses y belgas y originalmente la denuncia se remonta a 2011 por medio de una acción colectiva buscando resarcimientos económicos.
El caso llegó a la Corte de Estrasburgo luego de que los tribunales belgas fallaran a favor de la inmunidad de la Santa Sede por principio de derecho internacional (no se puede juzgar a un país en otro país). Sin embargo, los querellantes apelaron a un tribunal superior y fue así como llegó a la Corte Europea que confirmó la sentencia precedente.
Es la primera vez que un caso de este tipo llega a un Tribunal Europeo. En el pasado se había tratado de juzgar al Papa en los Estados Unidos pero la denuncia cayó por la misma razón que ahora en Estrasburgo.
Más concretamente la Corte considera que “el rechazo no se ha desviado de los principios del derecho internacional generalmente reconocido en materia de inmunidad del Estado” y que se aplicó al Vaticano. Por otra parte, se constató que no hubo violación de las disposiciones de la Convención Europea de los derechos del hombre sobre el “derecho de acceso a un tribunal” que alegaban los denunciantes.
En palabras más sencillas, ¿por qué no puede proceder una demanda contra el Vaticano? Ante todo, nótese que se trata de una demanda, lo que significa que en todo caso aún quedaría camino por recorrer antes de un juicio donde se debería probar culpabilidad y después una sentencia.
Desde el punto de vista de las leyes civiles, no se puede llevar a juicio al Vaticano porque se trata de un país libre y soberano (ese es el criterio que aplicaron los jueces belgas y también los de la Corte Europea). Eso significa que no se puede hacer sujeto de juicio en otro país libre y soberano ni al Estado en sí ni a su jefe de Estado, que en este caso es el Papa. Eso no es un privilegio del Vaticano sino una norma en todo mundo.