Por: Joachin Meisner Hertz
(ZENIT Noticias / París, 14.10.2021).- Más que por su profesión de teóloga, Anne Soupa es tal vez más conocida por haberse postulado en el año 2020 a “obispa” de la arquidiócesis de Lyon en Francia. Por bautismo, es ciertamente católica. Y en fechas más recientes, tras la publicación del Informe Sauvé, vuelve a la visibilidad pública no por alguna de sus publicaciones sino porque co-lidera una campaña por la que se pide la renuncia de todo el episcopado francés. La misma campaña pide al Papa que nombre un legado y le dan el nombre: Sor Véronique Margron.
No es, sin embargo, la única propuesta reaccionaría después del informe Sauvé. Como cuenta La Croix, algunos influencers católicos han usado el hastagh #MyChurchToo para visibilizar su voz y pensamientos tras la publicación del reporte.
No existe todavía hasta hoy un episodio en el que todos los obispos de un país hayan presentado su dimisión y que el Papa la haya aceptado. Existe un precedente en Chile en una coyuntura parecida a la francesa: en mayo de 2018 los 34 obispos del país sudamericano pusieron sus cargos en manos del Papa. Por entonces el Papa sólo hizo algunos cambios pero no aceptó la dimisión en bloque, entre otras cosas, porque la mayoría de los obispos no habían hecho algo malo sino que eran herederos de malas gestiones del pasado.
Por el momento, salvo la iniciativa de petición de renuncia, no hay ni siquiera en el ambiente una sensación de repetir algo como lo que sucedió en Chile.