(ZENIT Noticias / Roma, 09.12.2021).- Fabio Viglione es el abogado del cardenal Angelo Becciu, cardenal que ha conservado este título, pero no sus prerrogativas. El Papa le vetó esos derechos luego de que quedase involucrado en asuntos de presunta mala gestión de fondos económicos de la Santa Sede. Esos hechos le llevaron a enfrentar un proceso judicial, el primero contra un cardenal celebrado por la justicia vaticana y lejos de los procedimientos judiciales que precedentemente circunscribían al Papa el derecho exclusivo para enjuiciar a cardenales.
El proceso contra el cardenal Becciu y otros implicados aún no finaliza. Y parece que no va a terminar cuando está por abrirse otro proceso, pero ahora entre dos cardenales: el mismo Becciu contra el cardenal Pell. Esto es cuanto se infiere de una carta remitida por el abogado Viglione, a nombre de su representado, al periodista Sandro Magister, texto publicado el pasado 6 de diciembre. Esta es la situación:
El 23 de noviembre, Magister publicaba un artículo en el que, a propósito de la aparición impresa de un libro del Cardenal Pell, Prison Journal, éste “señala al que fue sustituto de la Secretaría de Estado de 2011 a 2018 como el más tenaz opositor al trabajo de limpieza y reorganización de las cuentas vaticanas confiado en 2014 por el papa Francisco a Pell, como prefecto de la recién nacida Secretaría de Economía”.
Semanas más tarde Magister publica la carta remitida directamente a él por el abogado Viglione. Al inicio de la misiva, Viglione subraya que “las conocidas injusticias procesales sufridas por el cardenal Pell, cuyo dolor merece todo el respeto, no pueden llegar a incluir en los hechos alegaciones injustificadas en perjuicio del cardenal Becciu. En este sentido, Su Eminencia nos informa de que ha dado un mandato a sus propios defensores para que defiendan judicialmente su honor e inocencia de estas y otras acusaciones infundadas, si no se rectifican rápidamente”.
Rectifica puntos como 1) las fechas de los Estatutos de la Secretaría para la Economía que presidió el cardenal Pell y cómo estos no estaban sobre la autonomía que gozó la Secretaría de Estado; 2) la autonomía financiera que por derecho gozaba la Secretaría de Estado; 3) la exclusión de la Secretaría de Estado del Motu Proprio “Los bienes temporales” y el rescripto papal que confirmaba la autonomía; 4) que la compra del edificio en Londres no fue durante la gestión del cardenal Becciu; 5) que es falso que el cardenal Becciu parara la auditoria a la Secretaría de Estado (fue el mismo secretario de estado).
Finalmente, y aquí viene la clara cuestión sobre una demanda, “En cuanto a la acusación de haber forzado al Auditor a dimitir, Su Eminencia informa que se verá obligado a emprender acciones legales, debido a la flagrante falsedad de esta reconstrucción, transmitida reiteradamente por el cardenal Pell. Al respecto, reitera que su rol en todo ese asunto se limitó, sobre la base de las órdenes recibidas, a pedir la dimisión del Auditor. Ante su negativa, le invitó, siempre de acuerdo con las instrucciones que le habían dado, a presentarse ante el Comandante de la Gendarmería”.
Tal parece que esto es sólo el inicio de un litigio personal. Litigio que en el pasado también, cuando se trataba de cardenales, intervenía directamente el Papa. A no ser que la “rápida rectificación” que a través de su abogado pidiera el cardenal Becciu fuese sólo la de Magister.