Por: Elizabeth Owens
(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 15.02.2022).- Al menos unos 30 radicales musulmanes quemaron el seminario menor San Kizito de la diócesis de Fada N’Gourma en Burkina Faso el pasado 10 de febrero. Ahí se formaban 147 seminaristas.
Quemaron dormitorios, destruyeron crucifijos, un auto y robaron otro. Aunque no atacaron a los seminaristas, les prohibieron regresar, amenazándoles con la muerte si volvían.
No es el primer episodio de este tipo: en junio de 2021 un ataque armado dejó un saldo de 138 muertos en la aldea de Solham. Unos meses antes, en enero de 2021, los radicales musulmanes secuestraron a un sacerdote católico, el P. Rodrigo Sanon. En mayo de 2019 un sacerdote y cinco laicos fueron asesinados por radicales musulmanes en la diócesis de Kaya.
En otra parte del mundo, en India, un grupo de radicales hinduistas destruyó el Centro de la Santa Cruz de San Antonio, un lugar de oración y acogida de la Iglesia católica que data de 1980, en la ciudad de Magalore, estado de Karnataka.
Los hechos acontecieron el 5 de febrero cuando radicales hinduistas llegaron una demoledora y echaron por tierra el edificio. La destrucción no tenía mandato legal o justificación, si bien algunos grupos hinduistas la consideraban “ilícita” y pedían la demolición. En los días previos, las autoridades prohibieron el acceso a externos hasta que un tribunal no se pronunciara. La audiencia del tribunal estaba prevista para el 14 de febrero.
“Esta acción ilegal está creando desarmonía en una comunidad que ama la paz. Este acto es contra la ley, es un falaz abuso de poder, una violación total de órdenes emitidas por la corte”, declaró Antony Prakash presidente del Comité de Construcción del Centro ahora demolido.
India es un país que reporta un aumento de violencia contra cristianos en todo el país. Durante 2021 hay registro de al menos 500 casos de ataques contra iglesias y cristianos en India.
