(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 07.03.2022).- El sábado 5 de marzo el Papa recibió en audiencia privada a miembros de la Asociación Proyecto Agatha Esmeralda.
Este proyecto nace oficialmente en Florencia en mayo de 1996 por iniciativa del Prof. Mauro Barsi y el Cardenal Lucas Moreira Neves. Comparten un gran sueño: el de proteger la vida y la dignidad de los niños en cualquier lugar del mundo donde se necesiten. Tras el hermanamiento «En nombre de los niños» entre las ciudades de Florencia y Salvador Bahía, firmado el 30 de mayo de 1991, se adopta el primer niño a distancia.
Desde entonces, los misioneros del Proyecto Agata Smeralda garantizan la nutrición, protección, educación y salud hasta la autonomía de los niños para que ellos, una vez adultos, se encarguen del cambio en su país.
En el discurso dirigido a los participantes, entre los que se encontraba el fundador, el profr. Mauro Barsi, el Papa recordó que una de sus catequesis dedicadas a san José tocó el tema de la adopción: “Alabé y animé a los cónyuges que abren sus corazones y sus hogares para acoger a un niño o una niña que no tiene familia. Del mismo modo, esta sensibilidad, esta apertura, esta paternidad y maternidad son también la base de su compromiso”, les señaló.
“En efecto, quienes eligen la adopción a distancia están motivados por el deseo de ayudar a un niño para que se sienta querido, para que no le falte lo necesario, para que crezca bien… En este caso, ayudar significa dar el futuro”, agregó.
A continuación el Papa agradeció el trabajo de la asociación. Deteniéndose sobre la necesidad de paternidad y ternura dijo: “Ternura es una palabra que ha sido expulsada muchas veces de los diccionarios de la vida cotidiana. La verdadera revolución en el mundo la hacen los que trabajan día a día, en silencio, para que los pequeños y los pobres dejen de ser despreciados, desechados, abandonados, y puedan levantarse y vivir según su dignidad de hijos de Dios. Y una adopción a distancia bien preparada, bien supervisada y bien acompañada hace precisamente eso. Es una pequeña semilla del Reino de Dios, que crece y da fruto en la medida en que se cultiva con amor”.
El Papa manifestó que sabía que el Proyecto tiene 7 mil adopciones a distancia y que en ellas participan muchos colaboradores y muchos laicos, monjas y sacerdotes que trabajan en las periferias del mundo. “Doy gracias al Señor con ustedes. Y aprecio el hecho de que atribuya todo esto a su Providencia. Sí, sólo somos colaboradores de la Providencia. Y esto nos llena de alegría y gratitud”, agregó.
La audiencia terminó con la bendición pontificia, la gratitud del Papa y la intercesión ante la Santísima Virgen María. Ah, y la habitual petición del Papa para que recen por él.
