Cardenales. Foto: Vatican News

Asia es la nueva “curia misionera”

Una Curia romana con este perfil afecta directamente a Asia, continente donde el anuncio del Evangelio es necesariamente una experiencia cotidiana en la vida de las Iglesias, que en la gran mayoría de esos países son un pequeño rebaño en medio de pueblos que no conocen a Cristo. Y no es casualidad que en los últimos años, precisamente cuando se estaba gestando esta reforma, el Papa Francisco haya prestado especial atención a Oriente, no solo para la elección de nuevos cardenales sino también para las responsabilidades dentro de los dicasterios vaticanos.

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(ZENIT Noticias – Asia News / Roma, 26.03.2022).- El Papa Francisco promulgó el texto de la esperada Constitución Apostólica “Praedicate evangelium” sobre la Curia romana y el servicio que ésta presta al mundo. Fruto de una larga reflexión a cargo de un consejo especial de cardenales designado por el pontífice pocos meses después de su elección, entrará en vigor el 5 de junio, solemnidad de Pentecostés. El documento no sólo modifica la estructura y organización de los dicasterios vaticanos sino que también se centra en la primacía del anuncio del Evangelio, exhortando a la Iglesia a una «conversión misionera», a dar testimonio «con palabras y obras, de la misericordia que ella misma ha recibido gratuitamente».

Muy significativa en este sentido es la decisión de crear un nuevo Dicasterio para la evangelización que estará presidido por el mismo Papa. Será un organismo único dividido en dos secciones, que tendrán a su cargo tanto las cuestiones fundamentales de la evangelización en el mundo (catequesis, inculturación, nuevos lenguajes para el anuncio del Evangelio, que hasta ahora eran tratados por el Pontificio Consejo para la nueva evangelización) como el tema de la primera evangelización y las nuevas Iglesias particulares en los lugares de misión (las áreas actualmente a cargo de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos).

Entre las novedades que plantea la «Praedicate evangelium» también está la idea de que los dicasterios del Vaticano ya no deberían ser sólo prerrogativa del Papa, los obispos y los ministros ordenados. “La reforma – escribe Francisco – debe prever la implicación de los laicos, incluso en funciones de gobierno y responsabilidad. Por su vida familiar, por su conocimiento de las realidades sociales y por su fe que los lleva a descubrir los caminos de Dios en el mundo, pueden hacer valiosas contribuciones, especialmente cuando se trata de promover la familia y respetar los valores de la vida y de la creación, del Evangelio como fermento de las realidades temporales y del discernimiento de los signos de los tiempos”.

Igualmente fuerte es la insistencia en la «catolicidad» de la Curia romana, es decir, en la necesidad de que en ella estén realmente representadas las experiencias concretas de las Iglesias de todo el mundo. El Papa pide expresamente que no sólo los cardenales y obispos que conducirán los dicasterios, sino también los funcionarios -es decir, sus colaboradores más cercanos dentro de los organismos vaticanos- «provengan de las distintas regiones del mundo, para que la Curia romana refleje la universalidad de la Iglesia”. Para favorecer este intercambio, se establece que su servicio en el Vaticano sea por un período limitado (normalmente 5 años) tras el cual regresen a sus diócesis de origen.

Una Curia romana con este perfil afecta directamente a Asia, continente donde el anuncio del Evangelio es necesariamente una experiencia cotidiana en la vida de las Iglesias, que en la gran mayoría de esos países son un pequeño rebaño en medio de pueblos que no conocen a Cristo. Y no es casualidad que en los últimos años, precisamente cuando se estaba gestando esta reforma, el Papa Francisco haya prestado especial atención a Oriente, no solo para la elección de nuevos cardenales sino también para las responsabilidades dentro de los dicasterios vaticanos.

Como se recordará, el 8 de diciembre de 2019 convocó al cardenal Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila en aquel momento, teólogo reconocido en todo el mundo y desde 2015 presidente de Caritas internationalis, para presidir la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Es fácil pensar que después del 5 de junio el cardenal Tagle será confirmado como uno de los dos pro-prefectos que, operativamente, supervisarán el nuevo Dicasterio para la Evangelización.

En junio de 2021 el Papa Francisco quiso también que hubiera un segundo prelado asiático a la cabeza de un dicasterio en el Vaticano: el coreano Lázaro You Heung-sik, ex obispo de Daejeon, fue designado prefecto de la Congregación para el Clero. En esa oportunidad Mons. You Heung-sik contó personalmente a los fieles de su diócesis que el mismo Papa -ante sus dudas sobre el nuevo nombramiento- había subrayado la importancia de que un obispo de Asia ocupara ese cargo. Y pocos meses después, el 9 de octubre, le pidió que presentara su testimonio en el Vaticano, durante el momento de apertura del proceso sinodal.

Junto a los dos jefes de dicasterio de la actual Curia Romana también hay un secretario que viene de Asia, Mons. Indunil Janakaratne Kodithuwakku Kankanamalage, natural de la diócesis de Badulla en Sri Lanka, quien es secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Profundo conocedor del mundo budista e hindú, también fue nombrado por el Papa Francisco en julio de 2019 y es el primer asiático que ocupa el cargo de secretario en ese organismo, que a partir de ahora se eleva al rango de Dicasterio con la nueva constitución «Predicate evangelium».

A ellos se suman los subsecretarios y funcionarios de los distintos dicasterios que -como se mencionó anteriormente- con la nueva constitución apostólica promulgada ayer el Papa Francisco espera que provengan de todo el mundo. Pero también añadió otros dos requisitos: un «número adecuado de años de experiencia en actividades pastorales» y la perspectiva de permanecer en Roma sólo por un tiempo limitado. Tres requisitos que en su conjunto sugieren que ahora será mucho más fácil que sacerdotes, religiosos y laicos provenientes de la experiencia de las diócesis de Asia estén presentes en la Curia romana.

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Redacción Zenit

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