(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 14.06.2022).- Pasados los 100 días desde el inicio de la invasión rusa a territorio ucraniano, periodo durante el cual la diplomacia vaticana ha tratado de mediar para la solución del conflicto, el jefe del departamento del Ministerio de Exteriores ruso, el señor Alexei Paramonov, hizo unas declaraciones recogidas por Sputnik Radio a partir de las cuales parece dibujarse un cambio de tono y apertura a esa eventual mediación. “Los dirigentes del Vaticano han declarado en repetidas ocasiones su disposición a prestar toda la ayuda posible para lograr la paz y detener las hostilidades en Ucrania. Estas afirmaciones se confirman en la práctica. Mantenemos un diálogo abierto y de confianza sobre una serie de cuestiones, principalmente relacionadas con la situación humanitaria en Ucrania”, afirmó.
Paramonov dijo también que “Todas las iniciativas de la Santa Sede y del Papa Francisco que puedan conducir a la paz en Europa son percibidas con gran respeto y, por supuesto, pueden ser solicitadas si se dan las condiciones adecuadas”.
Sin embargo, esas buenas palabras no parecen corresponderse con la realidad pues Papa Francisco ha manifestado su intención de, si es el caso, viajara a Moscú para entrevistarse con Putin. Mientras que con el presidente Zelensky el Papa ha hablado por teléfono al menos en tres ocasiones -por cuanto se recuerda-, con Putin no va una sola llamada y no porque el Papa no quiera hablar.
Paramonov dijo también a Sputnik Radio que desde Rusia “Hemos observado repetidamente con qué facilidad y con qué cinismo la neoélite ucraniana, en busca de beneficios momentáneos y en un intento de mantenerse en el poder, viola promesas y obligaciones, comete peligrosas provocaciones, sacrifica la seguridad de los ciudadanos tanto de Ucrania como de Rusia”.
Consciente de los problemas a corto plazo que supone el no tener una Ucrania surtiendo de granos al mundo, el Papa hizo un llamamiento recientemente a que no se utilice el grano como arma de guerra. Estas declaraciones de un representante ruso llegan, finalmente, en un contexto en que el Papa considera seriamente una visita a la capital ucraniana.
