(ZENIT Noticias / Roma, 15.06.2022).- La Sala de Prensa de la Santa Sede distribuyó a los medios acreditados una copia de la carta con la que el Papa notificó a los miembros de la Orden de Malta su elección personal de un nuevo Lugarteniente tras la muerte del anterior, acontecida el pasado 7 de junio. Con esta nueva decisión el Papa subraya el carácter intervencionista en la vida de la Orden, hecho que dio inicio en 2016 tras el litigio interno entre el príncipe soberano de aquel tiempo, Fra Matthew Festing, y el canciller de la Orden, Albrecht Freiherr von Boeselager. Este último había autorizado la distribución de anticonceptivos en una zona donde el apostolado de la Orden tiene presencia. Dado que no aceptó dimitir, el príncipe le pidió por obediencia hacerlo. Y ahí intervino el Papa, con la dimisión no del canciller sino del príncipe.
Desde entonces hay en curso una intervención por parte de la Santa Sede en orden -según se dice- a la renovación también espiritual de la Orden. Esa intervención ha puesto en discusión la “soberanía” de la Orden que, de hecho, formaba parte de su nombre: Soberana Orden de Malta.
El 13 de junio el Papa dispuso que tras la muerte del Lugarteniente Fra Marco Luzzago, ocupara ese lugar (que en circunstancias ordinarias es electivo) Fra John Dunlap. Es el primer estadounidense en estar a la cabeza de la Orden, si bien en jerarquía sería el segundo, pues actualmente el puesto de príncipe está vacante también y seguirá así hasta la celebración de un Capítulo General Extraordinario que además de príncipe gran maestre deberá aprobar las nuevas Constituciones.
En la carta con la que el Papa comunicó la elección de su lugarteniente para la orden se evidencia que tras 6 años de proceso de reforma los conflictos internos siguen: “El prematuro fallecimiento del Lugarteniente de Gran Maestre, Frey Marco Luzzago, no sólo detiene temporalmente el proceso de reforma, sino que corre el riesgo de acentuar aún más las tensiones que aún existen”, escribe el Papa.
Ciertamente el Pontífice coloca la elección del nuevo lugarteniente en una perspectiva más amplia: la del intervencionismo de los Papas “en bien de la Orden”.
Al presentar la carta, que ZENIT ofrece traducida al español, la Sala de Prensa de la Santa Sede adelanta que “entre finales de agosto y principios de septiembre, el Papa convocará una reunión del Grupo de Trabajo Conjunto para nuevas comunicaciones sobre la próxima celebración del Capítulo General Extraordinario” de la Orden de Malta.
A continuación la comunicación del Papa Francisco que está fechada el 13 de junio:
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Con paternal solicitud he seguido en estos años el camino del proceso de reforma que, bajo la guía de mi Delegado Especial, el Cardenal Silvano M. Tomasi, c.s., ha emprendido valientemente la Orden de Malta, tras una crisis institucional que ha marcado una herida en el corazón de muchos.
La repentina marcha del Lugarteniente del Gran Maestre, Frey Marco Luzzago, unos meses antes de la celebración del Capítulo General Extraordinario, lleva a la Orden Hierosolomitana a un nuevo momento de consternación e incertidumbre.
Desde el principio, mis venerables predecesores tuvieron en el corazón el bien del Hospital que el Beato Gerardo quiso fundar en Jerusalén, por inspiración divina, para atender a los pobres y a los enfermos sin distinción de raza o religión.
Con la bula Piae postulatio voluntatis, el Papa Pascual II garantizó a la Orden la protección de la Sede Apostólica frente a cualquier interferencia externa, favoreciendo así su libre desarrollo según su propio carisma. A lo largo de los siglos siguientes, los Pontífices romanos intervinieron en numerosas ocasiones para preservar la meritoria labor de los Hospitalarios ante la Iglesia, siempre que las contingencias externas o las vicisitudes internas amenazaban con comprometer su identidad, su funcionamiento e incluso su propia existencia.
Dando a los Hospitalarios guías firmes y capaces, Pío VII nombró Gran Maestre a Frey Giovanni Battista Tommasi (1803), Gregorio XVI eligió a Frey Carlo Candida como Lugarteniente (1834) y León XIII elevó al Teniente Giovanni Battista Ceschi al rango de Gran Maestre (1879). La Sede Apostólica ha permitido, incluso en los últimos tiempos, superar nuevas crisis. La labor del Venerable Pío XII y de San Juan XXIII, que también intervinieron para el bien mayor en la vida de la Orden, debe ser recordada con igual gratitud.
Desgraciadamente, nuevos acontecimientos y circunstancias parecen querer impedir que la Orden de San Juan Bautista siga el necesario camino de la renovación en la fidelidad a su carisma original.
El prematuro fallecimiento del Lugarteniente de Gran Maestre, Frey Marco Luzzago, no sólo detiene temporalmente el proceso de reforma, sino que corre el riesgo de acentuar aún más las tensiones que aún existen.
Por lo tanto, nombro a Fray John Dunlap, Lugarteniente del Gran Maestre, que colaborará estrechamente con el Delegado Especial en la preparación del Capítulo General Extraordinario.
Ello, sin perjuicio de cualquier norma o disposición legal en contrario contenida en la Carta Constitucional o en el Codex Melitense, así como de cualquier privilegio o costumbre, aunque sea notable, que pueda ser contraria a esta decisión mía, dirigida al mayor bien de la Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta,
Ordeno que los Altos Oficiales cooperen con el Delegado Especial y el Lugarteniente de Gran Maestre en el gobierno ordinario de la Orden.
Confirmo a mi Delegado Especial, el Cardenal Silvano M. Tomasi, c.s., todas las facultades y prerrogativas que ya le fueron concedidas en el pasado, y en particular en mi Carta del 25 de octubre de 2021.
Cualquier cuestión relativa a la interpretación o aplicación del presente Decreto será sometida al Delegado Especial y resuelta autorizadamente por él.
El presente Decreto entrará en vigor en el día de hoy.
Ordeno al Delegado Especial que notifique este Decreto a toda la Orden.
