Por: Julio Tudela y Cristina Carrillo
(ZENIT Noticias – Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia / Valencia, 18.06.2022).- Lograr que un hombre se quede embarazado es el objetivo del médico indio Narendra Kaushik, un cirujano que dirige una clínica de reasignación de género en Nueva Delhi y que tratará de trasplantar un útero a un varón que ha iniciado una transición hacia el género femenino, y que ahora desea gestar un hijo.
El procedimiento, altamente arriesgado, pretende implantar en un cuerpo masculino la matriz de una donante fallecida o de una paciente a la que se le haya sometido a una histerectomía en un proceso de transición de género. Además, requeriría el uso de la fecundación in vitro para concebir al bebé.
Según declaraciones del presidente de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva, doctor Richard Paulson en el año 2017el: “no hay ninguna razón anatómica en el cuerpo del hombre que impediría el trasplante uterino. El nacimiento podría ocurrir sólo por cesárea y no por parto natural. Asimismo, los pacientes tendrían que recibir hormonas para replicar los cambios que ocurren cuando una mujer está embarazada”.
Esta no es la primera vez que se intenta esta transgresora práctica. En el año 1931 se intentó, pero la mujer murió unos meses después tras contraer una mortal infección.
Como precedente a este intento, el Observatorio publicó la noticia por la que se notificaba la primera gestación por parte de un varón que en realidad resultó ser una mujer que se había sometido a un proceso de transición de género.
Trasplante de útero de mujer a mujer
El primer trasplante de útero de mujer a mujer se realizó en Arabia Saudí en el año 2000. Hasta 2011 no se practicó el segundo, en este caso en Turquía. El primer trasplante en Europa se llevó a cabo en Suecia en 2014, y desde entonces se han realizado más de 100 trasplantes con resultado positivo. Algunas de estas mujeres han conseguido gestar y dar a luz un bebé. El 5 de octubre de 2020 se realizó en España el primer trasplante de útero de donante viva, en el hospital Clinic de Barcelona.
Hasta 2017, todos los trasplantes se habían realizado a partir de donantes vivas. El primer trasplante de útero de una mujer fallecida se llevó a cabo en Estados Unidos en ese mismo año.
Problemas bioéticos
El caso actual es muy diferente de los mencionados. El útero no es un órgano aislado que pueda incluirse en un cuerpo masculino, sino que pertenece a un complejo sistema reproductor programado para la fecundación y la gestación que incluye estructuras anatómicas, fisiológicas y endocrinas de las que carece un cuerpo masculino. Las escasas probabilidades de que una intervención así pudiera prosperar ante el elevado riesgo que conlleva, no justifica en ningún caso su ejecución. Los postulados trans que pretenden revertir la naturaleza humana por resultar maleficentes, constituyen un atentado contra la buena praxis médica y el respeto a la dignidad humana por poner en riesgo de modo innecesario a pacientes sanos.