(ZENIT Noticias / Dédougou, Burkina Faso, 0.07.2022).- En la noche del 3 al 4 de julio, hombres armados lanzaron un ataque en Bourasso, ciudad cercana a Dédougou, capital de la provincia de Kossi, región de Boucle du Mouhoun, Burkina Faso. El balance de víctimas aún provisional facilitado por la administración regional es de 22 muertos y un número desconocido de heridos, mientras que fuentes locales, contactadas por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACS), informan de más de 30 muertos. El gobernador, en un comunicado, habló de «amenaza terrorista».
«Los terroristas llegaron a la aldea de Bourasso el domingo 3 de julio alrededor de las 5 de la tarde en una motocicleta, luego se fueron sin hacer nada, pero regresaron durante la noche, amenazando a los aldeanos en el patio frente a la iglesia», cuenta uno de los supervivientes a ACS. Los terroristas, que amenazan a toda la región desde hace unos dos años, ya habían acudido al pueblo en varias ocasiones. «Mataron a 14 personas delante de la iglesia», informa un sacerdote de la catedral de Nouna, situada a 20 km de Bourasso, cuya identidad no puede revelarse por motivos de seguridad. Tras esta primera masacre, los atacantes se dirigieron al interior del pueblo para matar a otras 20 personas. Entre ellos había muchos cristianos y creyentes de religiones tradicionales africanas.
«Estamos aterrorizados… Toda esta gente no tiene nada que ver con la política ni con estos grupos terroristas, están siendo atacados aunque no tengan nada con que defenderse. Es un verdadero caos…», atestigua el sacerdote. Él mismo escapó por poco de una emboscada terrorista en esta misma región el pasado 9 de mayo. Estoy muy triste…. Conocía a casi todas las víctimas».
En la mañana del atentado, la diócesis de Nouna celebró con alegría una misa de acción de gracias por la ordenación de dos de sus sacerdotes el día anterior, y por los siete años de servicio de su catequista, residente en Bourasso, todo ello sin saber que esa misma noche, algunos de sus feligreses, entre ellos los dos hermanos del catequista, serían asesinados por los terroristas. «Aquí, cuando nos levantamos, sabemos que estamos vivos, pero no sabemos si seguiremos vivos por la noche», concluye el sacerdote.