(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 08.07.2022).-La oficina de prensa de la Santa Sede dio a conocer que el Papa Francisco nombró al arzobispo Joseph Spiteri como Nuncio Apostólico en México. El arzobispo Spiteri sucede a Franco Coppola, quien a inicios de este año fue enviado a cumplir su misión diplomática en Bélgica.
Trayectoria
Mons. Spitiere nació en Malta, tiene 63 años de edad y ha dedicado gran parte de su ministerio al servicio diplomático.
En 1988, 4 años luego de haber sido ordenado, ingresó al servicio diplomático de la Santa Sede. Ha trabajado en las representaciones pontificias de la Santa Sede en Panamá, Irak, México, Portugal, Grecia, Venezuela y, finalmente, en la sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado.
A los 50 años fue designado por el Papa Benedicto XVI para ocupar la nunciatura en Sri Lanka. Posteriormente, en 2013, el Papa Francisco lo llamó a desempeñar su ministerio diplomático en Costa de Marfil. Su última misión fue la representación diplomática en el Líbano desde 2018.
Representantes en México
Mons Spiteri se une a la joven lista de representantes que el Vaticano ha tenido en México, desde que se promulgó la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público hace 30 años, marco legal que dio reglamentación a la reforma constitucional que dio personalidad jurídica a las iglesias, abriendo una nueva etapa en sobre la libertad religiosa en México.
Los nuncios del Papa en México han sido:
(Fotos)
- Mons. Girolamo Prigione, Nuncio en el período 1978-1997.
- Mons. Justo Mullor García, Nuncio en el período1997-2000.
- Mons. Leonardo Sandri, Nuncio de marzo a septiembre del 2000.
- Mons. Giuseppe Bertello, Nuncio en el período 2000-2007
- Mons. Christophe Pierre, nuncio en el período 2007-2016.
- Mons. Franco Coppola, Nuncio en el período de 2016 a 2021.
Instrumento de comunión
Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano se dijo alegre por el reciente nombramiento ya que, aseguraron, “su presencia representa un instrumento de comunión, puente que une, evangelizador con Espíritu que fomente el diálogo entre instituciones, y así nos haga testimoniar como Iglesia, una visión unitaria del hombre en Cristo, que nos lleve a la solidaridad y la paz con todos”.