(ZENIT Noticias / Roma, 16.07.2022).- El rotativo alemán Die Tagespost realizó y publicó una muy interesante entrevista al presidente del Dicasterio para la Unidad de los Cristianos del Vaticano (29.06.2022), el cardenal suizo Kurt Koch. Se trata de una entrevista con el contexto de la guerra en Ucrania de fondo y centrada en las relaciones actuales entre la Iglesia católica y la ortodoxa rusa, incluso más a detalle entre el Papa y el patriarca Kirill.
Precisamente sobre cómo las luchas internar de la ortodoxia en ese país han contribuido a la guerra en Ucrania dice el cardenal Koch: “Las tensiones internas en el seno de los ortodoxos son sin duda el telón de fondo de la situación actual en Ucrania y han tensado las relaciones entre Moscú y Constantinopla. Pero sería lamentable que hubieran conducido a la terrible guerra de Ucrania o que se hubieran utilizado para legitimarla. Porque los conflictos eclesiásticos nunca deben «resolverse» por la fuerza. El Patriarca Ecuménico Bartolomé quería restablecer la unidad entre las distintas iglesias ortodoxas de Ucrania, pero hasta ahora sólo se ha conseguido en una pequeña parte. Espera que la mayoría de los obispos de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú (UOK-MP) se unan a esta Iglesia recién institucionalizada. Sin embargo, esto no ocurrió”.
Dado que la iniciativa del patriarca de Constantinopla, de reconocer la autocefalía a una iglesia ortodoxa en Ucrania, fue calificada por Moscú como una invasión a la cual se debe resistir, opina el cardenal suizo: “No puedo compartir esta opinión, que además se contradice con los terribles acontecimientos que han tenido lugar desde el 24 de febrero, ya que en esta guerra también están siendo asesinados miembros ortodoxos del Patriarcado de Moscú en Ucrania y sus iglesias están siendo destruidas”.
La justificación de la guerra por parte del patriarca moscovita lleva también al referente católico en el ámbito del diálogo de la Iglesia católica con el mundo ortodoxo a decir: “La justificación pseudo-religiosa de la guerra por parte del Patriarca Kirill debe sacudir todos los corazones ecuménicos”.
A continuación, se profundiza y matiza en el encuentro virtual que el 16 de marzo se dio entre Kirill y el Papa Francisco. Interrogado sobre si Francisco quiso hablar a la conciencia del patriarca el cardenal Koh contesta:
“En la segunda quincena de febrero, se programó una reunión de Zoom entre el Metropolitano Ilarión y yo para seguir preparando el segundo encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca Kirill, previsto para junio. Como la guerra en Ucrania ya había estallado, aproveché la ocasión de la reunión del Zoom para presentar la petición de que el Papa y el Patriarca se posicionen juntos contra la guerra. Dado que el Metropolitano había propuesto repetidamente una declaración conjunta sobre la persecución de los cristianos en el mundo actual, subrayé que compartía esta preocupación, pero que tal declaración sería completamente inverosímil si no se dijera ni una palabra contra el hecho de que -como en Ucrania- los cristianos luchan contra los cristianos y los ortodoxos se matan entre sí. Poco después de esta reunión, recibí la respuesta de que el Patriarca no estaba preparado para una declaración conjunta con el Papa. Sólo unas semanas después, Moscú pidió una conferencia de Zoom con el Papa”.
Esta respuesta revela que el encuentro fue iniciativa de Moscú, no de Roma. De hecho, poco después el patriarcado de Moscú emitió una nota de prensa donde se sugería que el Papa compartía la visión de Kirill, a lo que por primera vez el cardenal Koch contesta en el contexto de una pregunta sobre instrumentalización del Papa por parte de Kirill:
“El Santo Padre aceptó la sesión del Zoom, seguramente con la esperanza de contribuir a un rápido fin de la guerra. Subrayó con énfasis que «nosotros» -el Papa y el Patriarca- no somos «clérigos del Estado» sino «pastores del pueblo» y que debe ser su responsabilidad poner fin a la matanza y la destrucción lo antes posible. Dado que inmediatamente después de la reunión a través de Zoom, el Patriarcado Ortodoxo Ruso emitió un comunicado en el que decía que el patriarca agradecía que el Papa y él tuvieran un entendimiento común sobre el conflicto en Ucrania, Roma tuvo que comunicar públicamente lo que el Papa había dicho realmente. En varias declaraciones, el Santo Padre condenó enérgicamente la guerra en Ucrania y pidió el fin de la misma en varias ocasiones”.
Esta situación lleva a una nueva pregunta: la conveniencia de un nuevo encuentro, fuera de zoom, entre Kirill y el Papa. A esto dice el cardenal Koch subrayando que el primer encuentro entre ambos líderes religiosos en La Habana fue en realidad un paso ya avanzado desde san Juan Pablo II:
“Cabe mencionar que un encuentro con el jefe de la ortodoxia rusa ya había sido un gran deseo del Papa Juan Pablo II. Esta reunión se había acordado en la Segunda Asamblea Ecuménica Europea celebrada en Graz en 1997, pero fue cancelada por Moscú poco antes. El hecho de que el Papa Francisco pudiera entonces reunirse con el Patriarca ortodoxo ruso por primera vez en la historia fue acogido por la opinión pública con cierta euforia y suscitó la esperanza de una mejora de las relaciones mutuas. Pero ya la reunión de La Habana fue instrumentalizada por Moscú en la lucha con el Patriarca Ecuménico a nivel inter-ortodoxo. A pesar de ello, esto no ha cambiado nuestras relaciones con el Patriarcado Ecuménico, que, por el contrario, han continuado y se han intensificado. Para nosotros, está claro que el Patriarca Ecuménico tiene la primacía del honor en la Ortodoxia. Y siempre hemos respetado su decisión de que el diálogo teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas no se lleve a cabo de forma bilateral, sino sólo multilateral. Por lo tanto, nunca ha habido un diálogo teológico entre Roma y Moscú, aunque Moscú lo haya deseado”.
Dado que el presidente del Dicasterio para la Unidad de los Cristianos ha referido que no hay un diálogo teológico entre la Iglesia católica y los ortodoxos rusos se le pregunta si podría haber un diálogo ecuménico específico entre ambas iglesias: “Por un lado, las puertas no deben cerrarse nunca”, contesta. Y añade: “Siempre debe haber un resquicio abierto, porque si no, no se puede hacer nada. Por otra parte, es lamentablemente imposible predecir cuánto durará la terrible guerra en Ucrania. Si se celebrara un nuevo encuentro entre el Papa y el Patriarca en un momento en el que la guerra aún está en marcha y el Patriarca Kirill se aferrara a su indefendible justificación de la guerra, la reunión se expondría a graves malentendidos. Porque podría ser malinterpretado como el apoyo del Papa a la posición del patriarca, lo que dañaría seriamente la autoridad moral del Papa. Agradezco al Papa Francisco que haya cancelado el encuentro con el Patriarca Kirill en Jerusalén previsto para mediados de junio”.
En efecto, estaba previsto un encuentro para mediados de junio en Jerusalén, en el contexto de la visita del Papa a Líbano, visita posteriormente cancelada por razones de salud. Sin embargo, se anticipó un encuentro en Kazajastán para septiembre de 2022.
La entrevista de Stephan Baier en el Tagespost aborda también cuestiones como la dificultad que hay en el mundo ortodoxo para comprender la universalidad y el papado y el que tiene también la Iglesia católica para entender la no clara distinción entre iglesia y estado que tienen los ortodoxos. Refiriéndose al primado pontificio en el marco de una pregunta sobre si es el último obstáculo entre católicos y ortodoxos dice el cardenal Koch:
“El tema principal del diálogo teológico entre las iglesias católica y ortodoxa es la relación entre sinodalidad y primado. En este sentido, pudimos dar un paso importante con el documento de Ravenna en 2007. Este documento expresa la convicción de que la sinodalidad y la primacía son interdependientes y que la Iglesia necesita un protos, un primero, en todos los niveles de su vida: local, regional y universal. El hecho de que católicos y ortodoxos puedan decir juntos que también se necesita un protos a nivel universal de la Iglesia fue un paso importante.
Es cierto que este punto de vista no fue reconocido por el Patriarcado Ortodoxo Ruso, que de hecho publicó su propio documento sobre la primacía universal, que difiere ampliamente del documento de la Comisión Mixta Internacional. Pero incluso en este diálogo no ha habido ningún intercambio de opiniones sobre la visión bíblica de Pedro y su posición en el círculo de los doce. Más bien se habla de primacía en un sentido bastante abstracto. Pero una visión puramente funcional de la primacía no es suficiente.
Los católicos estamos convencidos de que con el ministerio del Sucesor de Pedro hemos recibido un precioso don del Señor, que no debemos conservar para nosotros mismos, sino transmitirlo, porque vemos en él un importante servicio a la unidad. En su encíclica sobre el compromiso ecuménico [Ut unum sint], el Papa Juan Pablo II expresó la convicción de que el ministerio del Sucesor de Pedro es un ministerio de unidad y que se manifiesta también y sobre todo en el ecumenismo”.
Evidenciando que tal vez lo que precisamente hace falta al mundo ortodoxo es el principio de unidad, dice el cardenal suizo: “El metropolitano Hilarión ha criticado repetidamente al Patriarca Ecuménico por comportarse como un papa ortodoxo. Ciertamente, no es una declaración amistosa hacia nosotros los católicos cuando la palabra «papa» se utiliza como una etiqueta negativa. Si el Patriarcado Ortodoxo Ruso reconoce o no la primacía de honor del Patriarca Ecuménico y su competencia para conferir autocefalia no me corresponde juzgarlo, sino que debe ser discutido entre los ortodoxos”.
Finalmente, a la pregunta sobre si el diálogo ecuménico se está disolviendo en muchos “diálogos”, refiere el cardenal Kurt Koch:
“La Ortodoxia ha decidido llevar a cabo un diálogo teológico con la Iglesia Católica a nivel multilateral, no bilateral. Esta decisión es vinculante para mí. La fórmula con la que quiere dialogar con nosotros en el futuro es responsabilidad de la Ortodoxia. Si el diálogo se llevara a cabo sólo a nivel bilateral, me temo que crearía aún más tensiones dentro de la Ortodoxia. No podemos ni debemos encontrar la unidad entre las Iglesias católica y ortodoxa dividiendo la propia ortodoxia. Fortalecer la unidad dentro de la Ortodoxia debe ser también una preocupación para nosotros, especialmente en la actual y muy difícil situación de la Ortodoxia mundial”.
La entrevista originalmente publicada en lengua alemana puede consultarse en este enlace.