(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 16.08.2022).- El lunes 15 de agosto de 2022 se firmó en Santo Tomé, en la “Sala de las reuniones” del Ministerio de Asuntos Exteriores, un Acuerdo entre la Santa Sede y la República Democrática de Santo Tomás y Príncipe.
La República de Santo Tomás y Príncipe es un archipiélago africano de unos 210,000 habitantes de los cuales 8 de cada 10 son católicos.
Por la Santa Sede firmó Monseñor Giovanni Gaspari, Arzobispo Titular de Alba Marittima, Nuncio Apostólico en Santo Tomé y Príncipe, y por la República Democrática de Santo Tomé y Príncipe la Sra. Edite Ramos da Costa Ten Jua, Ministra de Asuntos Exteriores, Cooperación y Comunidades.
Al acto solemne asistieron, en nombre de la Santa Sede: Monseñor António Lungieki Bengui, Administrador Apostólico sede vacante de la Diócesis de Santo Tomé y Príncipe, Monseñor Manuel António Mendes dos Santos, Obispo Emérito de la Diócesis de Santo Tomé y Príncipe, el P. Christopher Seiler, Secretario de la Nunciatura Apostólica en Angola y en Santo Tomé y Príncipe, el P. Telmo da Glória Serôdio, Canciller de la Curia de Santo Tomé, y la sra. Maria Madalena Cravid, Secretaria de la Curia.
Por la parte del país firmante estuvieron presentes el Embajador Carlos Castro, Director del Departamento de Cooperación Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores, la Sra. Melany dos Santos, Jefa de Gabinete del Ministro de Asuntos Exteriores, y el Sr. Embajador Mateus Meira Rita, Asesor del Ministro de Asuntos Exteriores.
El Acuerdo, redactado en italiano y portugués y compuesto por 28 artículos, entrará en vigor con el intercambio de los instrumentos de ratificación. Establece el reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia católica y de las instituciones eclesiásticas y define el marco jurídico de las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
El Acuerdo consolida aún más los lazos de amistad y cooperación existentes entre las dos Partes, que, salvaguardando su independencia y autonomía, se comprometen a trabajar juntas por el bienestar espiritual y material de la persona humana, así como por la promoción del bien común.