(ZENIT Noticias / Roma, 22.08.2022).- El cardenal Angelo Becciu, quien en días pasado se encontraba en Golfo Aranci, Cerdeña, anunció durante la misa del domingo 21 de agosto lo siguiente: “El sábado, el Papa me llamó por teléfono para decirme que me reincorporaría a mis funciones cardenalicias y para pedirme que asistiera a una reunión con todos los cardenales que se celebrará en Roma en los próximos días”. A continuación, añadió que esa era la razón por la que el domingo 28 no celebraría la misa allí.
El sábado al que el cardenal Becciu se refiere es el sábado 20 de agosto. Dos días después, el lunes 22, el cardenal confirmaba a ANSA (Italia): “Estoy muy conmovido por este gesto del Papa. Le doy las gracias de corazón y reconfirmo mi plena comunión con él”.
Fue precisamente el Papa Francisco quien en septiembre de 2020 privó al cardenal Becciu de los derechos inherentes a su condición de cardenal (sólo le mantuvo el título) a raíz de algunos sucesos relacionados con la gestión de fondos e inversiones no del todo claras durante el periodo que el cardenal Becciu trabajó en Secretaría de Estado. En todo eso habría estado involucrado el cardenal Becciu, aunque tras meses de juicio por parte de la justicia del Vaticano no se le haya encontrado culpable.
El sábado 27 de agosto se tendrá en el Vaticano un Consistorio para la creación de nuevos cardenales. El domingo 28 el Papa viajará a L´Aquila pero posteriormente, el lunes 29 y el martes 30, se reunirá con todos los cardenales del mundo. Él mismo explicó para qué:
“El lunes y el martes 29 y 30 de agosto habrá una reunión de todos los cardenales para reflexionar sobre la nueva Constitución Apostólica Praedicate Evangelium” (Palabra después del Ángelus, 29 de mayo de 2022).
Actualización:
Con relación a la que muchos medios llamamos de forma genérica “rehabilitación” del cardenal Becciu, Vatican News ha precisado (citando fuentes anónimas), por la tarde de este lunes 22 de agosto cuanto sigue:
“Fuentes de la Santa Sede recuerdan que los derechos del Cardenalato no se refieren a la participación en la vida de la Iglesia; los cristianos están llamados a tomar parte, según el propio estado: en el caso de los cardenales esto puede incluir la invitación —a veces personal— a participar en algunas reuniones reservadas a ellos”.