Por: Enrique Villegas
(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 04.10.2022).- El pasado jueves 29 de septiembre el arzobispado de La Plata, en Argentina, organizó un acto de homenaje al Papa Francisco. El evento consistió en una intervención del obispo, Mons. Víctor Manuel Fernández, en la que participaron representantes de todos los sectores sociales. La relevancia local del evento mereció la atención del mismo Papa quien hizo llegar un mensaje al arzobispo, pidiéndole remitirlo al pueblo argentino.
«Me llegaron varias repercusiones del acto que se organizó el pasado jueves 29 en la Catedral de La Plata y quiero hacerles llegar a quienes asistieron mi más sentido agradecimiento», escribió el Papa. «Me gustó que no se tratara de un “homenaje” sino de un acto de afecto y reconocimiento que expresa los lazos que nos unen. Aunque ahora tengo una deuda con todo el mundo y me falta visitar muchos países grandes, especialmente algunos que nunca recibieron la visita de un Papa, sin embargo siempre llevo a mi Argentina en el corazón».
El Papa subraya en la carta fechada el 1 de octubre que «Sobre todo me alegró que en ese acto se reflexionara acerca de algunos contenidos de Laudato si y Fratelli tutti, no porque sean documentos míos, sino porque hablan de cuestiones graves y determinantes que hoy no podemos ignorar para la buena marcha de las naciones». Agrega que le «llegó la información de que estuvieron representados sectores de todos los colores de la política, otras confesiones religiosas, personas de la educación, de la cultura, de la empresa, de la justicia, etc. Y junto con ellos, estaban presentes los trabajadores más humildes y los pobres que caminaron como movimientos sociales, sostenidos por su fe y llevando a La Virgen y a San Cayetano. Han formado juntos un hermoso cuadro».
El Papa refiere que le «consuela el alma que mi persona haya hecho posible ese momento de comunión, de encuentro más allá de las diferencias, porque a veces estas pequeñas “treguas” impiden que sigan avanzando la violencia y los enfrentamientos. Eso nunca hace bien a un país y termina lastimando sobre todo a los que más sufren. Porque hay mucho por hacer en Argentina, para que todos puedan vivir de la dignidad del trabajo y para que no haya ciudadanos de segunda. Pero nada importante ni estable se logrará con la polarización agresiva».
Termina la misiva haciendo llegar una «afectuosa bendición» y pidiendo «al Señor que los haga artífices de paz, de justicia y de prosperidad».