(ZENIT Noticias / Washington, 26.10.2022).- La semana pasada, el presidente Biden declaró que su principal prioridad legislativa después de las elecciones de mitad de mandato será codificar un derecho nacional al aborto. El Arzobispo de Baltimore, William E. Lori, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, emitió una respuesta al respecto:
«El presidente está gravemente equivocado al continuar buscando todas las vías posibles para facilitar el aborto, en lugar de usar su poder para aumentar el apoyo y la atención a las madres en situaciones difíciles. Este extremismo obstinado debe terminar, e imploramos al presidente Biden que reconozca la humanidad en los niños no nacidos y el cuidado genuino que da vida que necesitan las mujeres en este país. Como pastores que lidiamos diariamente con los trágicos impactos del aborto, sabemos que el aborto es un acto violento que termina con la vida de los niños no nacidos y hiere a un número incalculable de mujeres. La Iglesia Católica desea continuar en nuestro trabajo con nuestro gobierno y líderes para proteger el derecho a la vida de cada ser humano y para asegurar que las madres embarazadas y madres tengan pleno apoyo en el cuidado de sus hijos antes y después del nacimiento».
Unos días atrás, en el contexto de un simposio católico sobre la Eucaristía, el arzobispo emérito de Filadelfia, Mons. Charles Chaput, dijo claramente que Biden no está en comunión con la fe católica: «Cuando rompes libremente la comunión con la Iglesia de Jesucristo y sus enseñanzas, no puedes pretender estar en comunión cuando es conveniente. Esa es una forma de mentir. Biden no está en comunión con la fe católica. Y cualquier sacerdote que ahora le ofrezca la Comunión al presidente participa de su hipocresía».
En una reciente entrevista con un influencer «transgénero» Biden dijo también su posición sobre las operaciones de «cambio de género» para niños: «No creo que ningún estado ni nadie deba tener derecho a hacerlo como cuestión moral. Como cuestión legal, creo que está mal».