Por: Craig-Austin Rose
(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Washington, 05.02.2023).- Los demócratas del Senado han pedido al Departamento de Estado y a USAID que garanticen servicios de aborto a los funcionarios del servicio exterior destinados en el extranjero.
En una carta dirigida a la administradora de USAID, Samantha Power, y al secretario de Estado, Antony Blinken, el 23 de enero, Robert Menéndez (D-NJ) y Jeanne Shaheen (D-CT), ambos miembros del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, afirmaron: «… a los diplomáticos y otros empleados del Departamento de Estado y USAID que trabajan en el extranjero se les niega sistemáticamente el acceso a la atención sanitaria reproductiva».
Citaron una carta de 2021 de más de 200 funcionarias del servicio exterior en la que pedían «servicios de planificación familiar, incluidos anticonceptivos de emergencia y abortos médicos».
Los senadores piden que se facilite una amplia gama de recursos de «atención sanitaria reproductiva» mediante una enmienda al Manual de Asuntos Exteriores. De este modo, todas las «unidades médicas establecerían contactos con los proveedores locales de abortos y mantendrían el acceso a los mismos» o, en caso de que no estuvieran disponibles debido a que el aborto es ilegal en un país, utilizarían fondos de los contribuyentes para transportar a los empleados a un lugar donde se les pudiera practicar un aborto.
Esta petición parece socavar la Enmienda Helms, que prohíbe que los fondos estadounidenses destinados a operaciones en el extranjero paguen la promoción y realización del aborto como método de planificación familiar. Una reforma del Manual de Asuntos Exteriores codificando el aborto para los empleados estadounidenses en el extranjero desafiaría explícitamente la enmienda provida. Los defensores del aborto han presionado durante mucho tiempo a la administración Biden para que redefiniera la enmienda Helms y permitiera excepciones. Destripar Helms para incluir el aborto en casos limitados sería la única opción para financiar abortos a través del proyecto de ley de Operaciones Estatales y Extranjeras, que es la fuente de financiación para todas las operaciones en el extranjero y el personal del Departamento de Estado.
El Manual de Asuntos Exteriores (FAM) es compilado y publicado por el Departamento de Estado y no está sujeto a la aprobación del Congreso. El FAM contiene todos los procedimientos, políticas y estructuras que rigen las operaciones del Departamento de Estado, el Servicio Exterior y «cuando proceda, otras agencias federales» con misiones en el extranjero, incluida USAID. Los cambios del manual favorables al aborto no estarían controlados ni sujetos a supervisión fuera del Departamento de Estado, lo que permitiría políticas «sanitarias» que, de otro modo, serían inadmisibles para muchos legisladores nacionales.
En la carta, los senadores se muestran preocupados por la duplicidad en los asuntos exteriores, afirmando que la Estrategia Nacional sobre Equidad e Igualdad de Género de la administración Biden, que promueve «la salud y los derechos sexuales y reproductivos tanto en el país como en el extranjero», no ha aplicado los mismos «derechos» que promueve a los trabajadores de USAID y del Estado que ejecutan la estrategia a nivel internacional:
«Luchamos por conciliar la visión de la Estrategia Nacional con la experiencia de las mujeres que trabajan para el Departamento de Estado y USAID, a las que se pide que lleven a cabo los importantes objetivos de esa estrategia y que, sin embargo, carecen ellas mismas de acceso a una atención sanitaria reproductiva adecuada.»
Los defensores de la vida en el ámbito internacional afirman que es inquietante que una estrategia nacional que promueve el aborto sea considerada internacional tanto por el gobierno de Biden como por los senadores Shaheen y Menéndez. Otras preocupaciones incluyen que en el cambio propuesto, el aborto se determina explícitamente como un método de planificación familiar y se incluye en el término «atención sanitaria reproductiva.» Los senadores también describen los recursos para el aborto como «adecuados», «apropiados» y «atención sanitaria esencial», reafirmando además que el lenguaje «atención sanitaria» en el contexto de la mujer casi siempre incluye el aborto, en particular en la legislación federal y los documentos estratégicos.
Traducción del original en lengua inglesa realizada por el director editorial de ZENIT