(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 06.02.2023).- A las 8:30 de la mañana del pasado 2 de febrero, un judío radical de nacionalidad estadounidense entró en la Iglesia de la Flagelación, primera parada de la Vía Dolorosa, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. El hombre arrancó la estatua de Jesús y pintarrajeó su rostro. Tras ser inmovilizado por el portero del santuario, llegó la policía y lo detuvo.
Este es el quinto incidente que se produce en las últimas semanas. La última semana de enero unos turistas fueron atacados por un grupo de judíos religiosos que entraron por la Puerta Nueva. Cometieron actos vandálicos en la Puerta Nueva, cerca de la sede de la Custodia de Tierra Santa, arrojando sillas, mesas y vasos y transformando el barrio cristiano en un campo de batalla.
Hace unas dos semanas, un cementerio cristiano de Jerusalén fue objeto de actos vandálicos. También se escribieron pintadas de «Muerte a los cristianos» en los muros de un monasterio del barrio armenio y se destrozaron locales utilizados como iglesia en el centro maronita de Ma’alot.
«Seguimos con preocupación y condenamos enérgicamente esta creciente sucesión de graves actos de odio y violencia contra la comunidad cristiana en Israel», dicen desde la Custodia Católica de Tierra Santa. Y agregan: «No es casualidad que la legitimación de la discriminación y la violencia en la opinión pública y en el actual entorno político israelí se traduzca también en actos de odio y violencia contra la comunidad cristiana».
Finalmente comentan: «Esperamos y exigimos que el gobierno israelí y las fuerzas del orden actúen con decisión para garantizar la seguridad de todas las comunidades, garantizar la protección de las minorías religiosas y erradicar el fanatismo religioso. Nos referimos específicamente a estos graves incidentes de intolerancia, delitos de odio y vandalismo dirigidos contra cristianos en Israel».