(ZENIT Noticias / Alepo, 09.02.2023).- A las personas en el norte de Siria que han perdido sus hogares en el terremoto se les ofrece refugio en iglesias, conventos y hospitales, mientras la región se tambalea por una catástrofe que ha devastado la región.
Los socios del proyecto de la organización benéfica católica Aid to the Church in Need (ACN) en la ciudad de Alepo, afectada por el terremoto, describieron cómo los afectados por el desastre están recibiendo refugio en los edificios de la Iglesia.
La hermana carmelita Arlene le dijo a ACN que su comunidad de clausura ha abierto sus puertas a los necesitados: “Las familias tienen miedo y no quieren volver a sus casas, están buscando un lugar para pasar la noche. Hemos tenido cinco familias que han venido a nosotros y las estamos albergando. Otras familias van a las escuelas o iglesias”.
La hermana Anne Marie Gagnon, directora del Hospital Católico St Louis de Alepo, se hizo eco de las palabras de la hermana Arlene y dijo que las familias recurren a la Iglesia porque no tienen otro lugar a dónde ir: “La gente ahora está preguntando en las iglesias y conventos, y con nosotros en el hospital, si pueden quedarse allí hasta que pase la crisis. Muchos edificios tienen grietas y las personas que están en el cuarto o quinto piso tienen miedo de quedarse allí. Hemos puesto unos colchones en el suelo para que nuestro personal se quede aquí”. Y agrega: También hay algunas familias que han pedido quedarse aquí durante la noche”.
Destaca que “en Alepo, muchos edificios de apartamentos se han derrumbado”. Se teme que los daños estructurales hayan hecho que el hospital sea inseguro. Al respecto la hermana Anne Marie dijo: “En nuestro hospital, hay una parte que parece que se va a caer, las piedras se han movido y tenemos miedo de que se derrumben”. Pero subrayó que están priorizando la atención gratuita a los heridos: “Hemos operado ahorita a dos personas con heridas. Tenemos una familia cristiana en el hospital cuyos familiares han muerto en el terremoto. Ahora estamos esperando la llegada del sacerdote que murió, el padre Daher”.
El padre Emad Daher fue uno de los dos sacerdotes enterrados vivos cuando se derrumbó un edificio melquita greco-católico. El arzobispo emérito Jean-Clement Jeanbart escapó por poco de la muerte cuando cayó.