(ZENIT Noticias / Varsovia, 09.03.2023).- “Pido a todas las personas de buena voluntad que no destruyan el bien común, que es sin duda el legado de Juan Pablo II. Los polacos deben recordar la bendición que la Providencia nos ha concedido a través de este Papa”, escribió el presidente de la Conferencia Episcopal Polaca (KEP), el arzobispo Stanisław Gądecki, en la declaración realizada en relación con las publicaciones sobre el metropolita de Cracovia, el cardenal Karol Wojtyła.
El presidente de LA KEP subrayó que San Juan Pablo II es uno de los papas más eminentes y uno de los más grandes polacos. “El Papa polaco fue y sigue siendo un punto de referencia moral, un maestro de fe y un intercesor en el cielo para millones de polacos”, señaló. “A la luz de esto, son chocantes los intentos de desacreditar su persona y su obra, hechos bajo la apariencia de preocupación por la verdad y el bien”, añadió.
El presidente del Episcopado ha destacado que “los autores de estas críticas han intentado evaluar a Karol Wojtyla de forma tendenciosa, a menudo ahistórica, sin conocer el contexto, considerando acríticamente documentos elaborados por los Servicios de Seguridad como fuentes fiables”. Añadió que “al hacerlo, no han tenido en cuenta los informes y estudios existentes que retratan de forma fidedigna sus palabras y acciones”.
El arzobispo Gądecki subrayó que, a partir de la decisión de Juan Pablo II, “la Iglesia ha hecho un esfuerzo considerable para establecer estructuras y desarrollar procedimientos claros que garanticen la seguridad de los niños y los jóvenes, para castigar debidamente a los culpables de delitos sexuales y, sobre todo, para ayudar a quienes han sido perjudicados”.
Añadió que defender la santidad y grandeza de Juan Pablo II no significa afirmar que no pudo cometer errores. “Ser pastor de la Iglesia en un momento de división de Europa entre Occidente y el bloque soviético significaba tener que afrontar retos que no eran fáciles. También hay que tener en cuenta que en aquella época, no sólo en Polonia, las leyes eran distintas a las de ahora, había una conciencia social diferente y modos habituales de resolver problemas”, recordó.
“Por ello, hago un llamamiento a todas las personas de buena voluntad para que no destruyan el bien común, que es sin duda el legado de Juan Pablo II. Los polacos deben recordar la bendición que la Providencia nos ha concedido a través de este Papa”, pidió el Presidente.
Publicamos el texto completo de la declaración:
DECLARACIÓN
DEL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL POLACA
EN RELACIÓN CON LAS PUBLICACIONES SOBRE
EL METROPOLITANO DE KRAKÓW KARD. KAROL WOJTYLA
San Juan Pablo II es uno de los papas más eminentes y uno de los más grandes polacos. Su predicación papal, sus visitas apostólicas y sus esfuerzos diplomáticos han contribuido al crecimiento espiritual de millones de personas en todo el mundo. Para ellos, el Papa polaco fue y sigue siendo un punto de referencia moral, un maestro de la fe y un intercesor en el cielo.
Desde este punto de vista, resultan chocantes los intentos de desacreditar su persona y su obra, realizados bajo la apariencia de preocupación por la verdad y el bien. Los autores de estas voces desacreditadoras se han empeñado en evaluar a Karol Wojtyła de forma parcial, a menudo ahistórica, sin conocimiento del contexto, aceptando acríticamente documentos creados por los Servicios de Seguridad como fuentes fiables. Al hacerlo, hicieron caso omiso de los informes y estudios existentes que retratan de forma fidedigna sus palabras y hechos. Los miembros del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Polaca ya subrayaron en una ocasión (el 18 de noviembre de 2022) que el ataque de la prensa contra el cardenal Karol Wojtyła y después contra el Papa polaco y su pontificado tiene causas más profundas.
Quisiera expresar en este punto mi más sincero agradecimiento a todos aquellos que han defendido recientemente el legado y la persona de San Juan Pablo II, quien, entre otras cosas, contribuyó a la liberación de Polonia y de otros países del comunismo soviético.
Fue con la decisión de Juan Pablo II que la Iglesia emprendió un notable esfuerzo por establecer estructuras y desarrollar procedimientos claros para garantizar la seguridad de los niños y los jóvenes, castigar debidamente a los culpables de delitos sexuales y, sobre todo, ayudar a los perjudicados. Con la publicación del documento Sacramentorum sanctitatis tutela para toda la Iglesia, que reconoce el daño sexual a un niño como uno de los delitos más graves, Juan Pablo II obligó a todos los episcopados del mundo a introducir normas específicas para tratar estos casos. Se trataba de una decisión a todas luces inédita y revolucionaria.
Defender la santidad y la grandeza de Juan Pablo II no significa, por supuesto, afirmar que no pudo cometer errores. Ser pastor de la Iglesia en una época en que Europa estaba dividida entre Occidente y el bloque soviético significaba tener que afrontar algunos retos que no eran fáciles. También es importante ser consciente de que en aquella época, no sólo en Polonia, las leyes eran distintas de las actuales, la conciencia social y las formas habituales de resolver los problemas eran diferentes.
Por ello, hago un llamamiento a todas las personas de buena voluntad para que no destruyan el bien común, que es sin duda el legado de Juan Pablo II. Los polacos deben recordar la bendición que la Providencia nos ha concedido a través de este Papa.
Varsovia, 9 de marzo de 2023
Arzobispo Stanisław Gądecki
Metropolitano de Poznań
Presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia