(ZENIT Noticias / Washington, 20.03.2023).- El Comité de Doctrina de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. (USCCB, por sus siglas en inglés) ha emitido una declaración que brinda criterios morales a las instituciones católicas de atención médica para discernir qué intervenciones médicas promueven el auténtico bien de la persona humana y cuáles son de hecho perjudiciales. El Comité Administrativo de la USCCB aprobó la emisión de la declaración del Comité de Doctrina el 15 de marzo.
En su comunicado, el comité de doctrina reconoce que la tecnología moderna ofrece intervenciones químicas, quirúrgicas y genéticas para el funcionamiento del cuerpo humano, así como para modificar su apariencia. Si bien estos desarrollos han llevado a la cura de muchas enfermedades y prometen más, la tecnología moderna también produce intervenciones que son perjudiciales para el verdadero florecimiento de la persona humana. Como ejemplo de preocupación inmediata, el comité cita las intervenciones defendidas por muchos en la sociedad como tratamientos para lo que se denomina «disforia de género» o «incongruencia de género». Estas intervenciones implican el uso de técnicas quirúrgicas o químicas que tienen como objetivo el intercambio de las características sexuales del cuerpo de un paciente por las del sexo opuesto o para simulaciones de las mismas. Como tales intervenciones «no respetan el orden fundamental de la persona humana como unidad intrínseca de cuerpo y alma, con un cuerpo sexualmente diferenciado», el comité afirma que los servicios de salud católicos no deben realizarlas.
Si bien afirma que los servicios católicos de atención médica «deben emplear todos los recursos apropiados para mitigar el sufrimiento de quienes luchan contra la incongruencia de género», el comité afirma que los medios utilizados «deben respetar el orden fundamental del cuerpo humano» o, de lo contrario, la persona humana no será ayudada, sino más bien perjudicada.
La declaración del comité, que se desarrolló en consulta con numerosas partes, incluidos especialistas en ética médica, médicos, psicólogos y teólogos morales, enfatizó que «los servicios católicos de atención médica están llamados a proporcionar un modelo de promoción del auténtico bien de la persona humana. Para cumplir con este deber, todos los que colaboran en la pastoral católica de la salud deben esforzarse, utilizando todos los medios apropiados a su alcance, para brindar la mejor atención médica, así como el acompañamiento compasivo de Cristo, a todos los pacientes, sin importar quiénes sean. o de qué condición pueden estar sufriendo», dice el comunicado.
La declaración completa del comité se puede leer aquí .
Traducción del original en lengua inglesa realizada por el director editorial de ZENIT.