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Planned Parenthood, el gigante del aborto, miente sobre resultado de reciente negociación en la ONU

El gobierno estadounidense expresó su decepción porque las conclusiones acordadas excluían la ESI, la «salud y los derechos sexuales y reproductivos» (SDSR) y «una referencia directa a la orientación sexual y la identidad de género».

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Por: Rebecca Oas

 

(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Washington, 13.04.2023).- La Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF) respondió al documento recientemente aprobado de la conferencia anual de la ONU sobre la mujer con un lenguaje de celebración que -muy intencionadamente- no estaba incluido en el documento.

El gigante internacional del aborto emitió un comunicado de prensa tras la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) en el que afirmaba que «el texto incluye un párrafo independiente sobre la educación sexual integral (ESI)».  De hecho, el término ESI no figuraba en ninguna parte del documento. El párrafo al que se refiere la IPPF incluía un lenguaje que insistía en que la educación debe ser «apropiada para la edad», «relevante para los contextos culturales» y «con la dirección y orientación apropiadas de los padres y tutores legales».

La IPPF aludió a la controversia en el comunicado de prensa, señalando los intentos de «avanzar en los estándares normativos relativos a la ESI», sin embargo «estas propuestas fueron finalmente abandonadas a última hora debido a la incapacidad de alcanzar un consenso sobre el nuevo lenguaje sugerido».

La IPPF expresó su «pesar por el estancamiento de los debates sobre la ESI», y añadió que «esto es especialmente desafortunado, dado el tema prioritario de este año y el enfoque en la educación». En las sesiones de escucha para las organizaciones de la sociedad civil previas a la CSW de dos semanas de duración, quedó claro que los grupos progresistas, incluida la IPPF, daban gran prioridad a la inclusión de la ESI en las conclusiones acordadas. El hecho de que no lo consiguieran provocó expresiones de decepción por parte de las organizaciones de la sociedad civil que promueven los llamados «derechos sexuales», así como del gobierno de Estados Unidos, que presionó a favor de la ESI durante las negociaciones.

El gobierno estadounidense expresó su decepción porque las conclusiones acordadas excluían la ESI, la «salud y los derechos sexuales y reproductivos» (SDSR) y «una referencia directa a la orientación sexual y la identidad de género».

Aunque sin duda es una victoria para las organizaciones provida y profamilia que el lenguaje que incluye la ESI y los SDSR haya sido excluido una vez más de la resolución, la declaración de la IPPF da a entender que ambos términos fueron adoptados, restando importancia a lo controvertidos que son para los Estados miembros de la ONU.

Las negociaciones se prolongaron hasta la madrugada del sábado tras la última jornada, mientras los delegados, agotados, mantenían la línea sobre palabras y frases que podrían parecer indistinguibles al observador casual.

Durante décadas, las frases «salud sexual y reproductiva» y «derechos reproductivos» se han incluido -con importantes salvedades- en las resoluciones de la ONU, pero no así la frase «salud y derechos sexuales y reproductivos», ya que implica la existencia de «derechos sexuales». De hecho, los «derechos sexuales» han sido rechazados por los negociadores de la ONU desde la Conferencia sobre la Mujer celebrada en Pekín en 1995.

Del mismo modo, los delegados de la ONU han adoptado un lenguaje que hace referencia a la educación sexual, pero negociarán enérgicamente para evitar la formulación específica «educación sexual integral».

Para las organizaciones y los gobiernos conservadores, las palabras importan, al igual que el consenso.  Es esencial que el lenguaje controvertido y perjudicial sea fuertemente contestado para evitar el establecimiento de normas internacionales a favor de mandatos para la ESI, el derecho al aborto, la redefinición de la familia y otros asuntos controvertidos.

Para la IPPF y sus aliados, en cambio, es útil crear ambigüedad.  Es a través de la ambigüedad y el eufemismo que ellos, y los burócratas afines de las agencias de la ONU, continúan promoviendo el aborto, la ESI y los nuevos «derechos» basados en la orientación sexual y la identidad de género a pesar de la falta de un mandato acordado para hacerlo.

La IPPF se dedica a facilitar el aborto en todo el mundo para todos, incluidas las menores. Este compromiso queda ilustrado por su voluntad de renunciar a la financiación estadounidense en lugar de dejar de practicar abortos cuando la Política de Ciudad de México esté en vigor. También trabajan para crear y promover planes de estudios sobre la ESI extrema y colaboran estrechamente con organismos de la ONU en países de todo el mundo.

Traducción del original en lengua inglesa realizada por el director editorial de ZENIT.

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Redacción Zenit

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