(ZENIT Noticias / Washington, 23.04.2023).- El viernes 21 de abril, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos bloqueó temporalmente las sentencias de tribunales inferiores que habrían suspendido la relajación de las normas sanitarias y de seguridad para el medicamento abortivo mifepristona por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). El Obispo de Arlington, Michael F. Burbidge, presidente del Comité de Actividades Provida de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, emitió la siguiente declaración en respuesta:
«La orden provisional del Tribunal Supremo es una tremenda decepción, tanto por la pérdida de vidas inocentes antes de nacer a causa del aborto químico, como por el peligro que el aborto químico supone para las mujeres. Es un error permitir que sigan vigentes las normas de salud y seguridad de la FDA para la mifepristona, que han disminuido enormemente. La FDA actuó ilegalmente cuando aprobó por primera vez, y posteriormente relajó, los requisitos de seguridad para la prescripción y dispensación del fármaco. Esperamos y rezamos para que el Tribunal anule finalmente las acciones indebidas de la FDA.
El aborto nunca es la respuesta para un embarazo difícil o no deseado, ya que siempre acaba con una vida y pone en riesgo otra. Se necesita una compasión significativa tanto para las madres como para los niños. Seguiremos abogando por políticas que den prioridad a las mujeres y las familias, que atiendan a las mujeres necesitadas, y rezaremos para que llegue el día en que acabar con la vida de los niños antes de nacer sea impensable».