Por: Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia
(ZENIT Noticias / Valencia, 24.04.2023).- Por primera vez, una pareja de mujeres de Palma de Mallorca «comparte» el embarazo de su embrión a través del tratamiento de fertilidad efectuado en una clínica de reproducción asistida. Este se llevó a cabo a través del método Invocell, una técnica que utiliza un dispositivo de cultivo intravaginal cuya principal característica es que permite que la fecundación y las primeras etapas del estado embrionario se produzcan en el interior del cuerpo de la mujer en vez de en el laboratorio como ocurriría en la técnica in vitro.
Los óvulos y los espermatozoides se colocan en este dispositivo y, posteriormente, son introducidos en la vagina de la gestante. Tras 4 o 5 días en el interior del cuerpo de la mujer, se retiran para evaluar en el laboratorio el número de embriones y cuáles son de mayor “calidad” o viabilidad; eligiendo así el que será reintroducido en el cuerpo de la mujer para continuar la gestación.
En el caso de las dos mujeres menores de 30 años, la clínica Juaneda Fertility Center, encargada de llevar a cabo el experimento, explica que hizo uso de este método para que ambas participen en la gestación del embrión. La pareja espera que el bebé nazca el próximo mes de noviembre.
Valoración bioética
El procedimiento propuesto supone una sofisticación innecesaria añadida al complejo proceso de la fertilización in vitro. Sustituir la placa Petri del laboratorio por un dispositivo que será incubado en la vagina de la mujer, en el cual se debe producir la fecundación del ovocito por el espermatozoide no tiene nada que ver con el proceso de la gestación. En el caso de que se produzca tal fecundación, lo hará sin entrar en contacto con el cuerpo de la mujer ni interaccionar con ella en absoluto. La manipulación a que se ven sometidos los embriones humanos en los procesos de fertilización in vitro, está relacionada con los problemas asociados a estas técnicas tanto a la viabilidad del embrión como a las complicaciones durante la gestación y la evolución del neonato.
Parece que por tratar de satisfacer el deseo de una mujer que quiere participar en el proceso de la gestación, pudiera hacerse cualquier cosa. Pero debe advertirse que esta propuesta distorsiona la realidad de una gestación, crea falsas expectativas a la mujer y puede contribuir a complicar más un proceso de por sí complejo, incrementando los riesgos asociados al procedimiento para la salud del concebido y su madre gestante.