(ZENIT Noticias / Roma, 08.05.2023).- La primera semana de mayo la Pontificia Comisión para la Protección del Menor (PCPM) celebró su asamblea plenaria. Además de la novedad que supuso la participación de los miembros más recientemente nombrados por el Papa, la asamblea tenía lugar en el contexto de dos hechos más: la renuncia de uno de sus más emblemáticos (el jesuita alemán Hans Zollner) y la carta de presión al Papa por parte de dos mujeres irlandesas: una sobreviviente de abusos y ex miembro de esa Pontificia Comisión (Marie Collins) y una ex presidenta de Irlanda (McAleese).
La conclusión de la asamblea dejó una serie de medidas concretas: desde la actualización de las líneas guía, pasando por el compromiso de un informe anual, un acuerdo con la GHR y el Dicasterio para la Evangelización (de forma que se pueda proveer de consultores regionales para dar, entre otras cosas, formación para la salvaguarda de menores), hasta un fondo para víctimas en países pobres, de modo que se les pueda dar atención y asistencia.
Fue precisamente esto uno de los temas que el Papa mencionó en la audiencia concedida a la PCPM el 5 de mayo: «Me han animado sus planes para abordar las desigualdades dentro de la Iglesia, en términos de formación y servicio a las víctimas, en África, Asia y América Latina. No es justo que las zonas más prósperas del planeta cuenten con programas de protección bien formados y financiados, en los que se respeta a las víctimas y a sus familias, mientras que las de otras partes del mundo sufren en silencio, tal vez rechazadas o estigmatizadas cuando intentan presentarse para contar los abusos que han sufrido. También en este ámbito, la Iglesia debe esforzarse por convertirse en un ejemplo de acogida y buen comportamiento».
Por cuanto especifica News.va, el objetivo de este fondo «es ofrecer programas de capacitación para garantizar un mayor acceso a la formación y la asistencia a las víctimas, sus familias y las comunidades de las zonas más pobres del mundo. El programa piloto se firmó con la Iglesia de Ruanda y, para salvaguardar el fondo, se aprobó un protocolo de desembolso financiero que regula el uso de las contribuciones donadas como parte de un programa de desarrollo de capacidades. El nombre es Memorare».
Al concluir la asamblea el presidente de la PCPM, el Cardenal Sean O’Malley, Arzobispo de Boston, dijo: «Estos acontecimientos representan un cambio importante hacia una dirección más centrada en los resultados para la Comisión. En ocasiones, esta nueva dirección ha sido a la vez abrupta y rápida para todos nosotros, debido a la urgencia de los retos. Este ritmo acelerado de los últimos seis meses ha provocado dificultades de crecimiento, ya que hemos intentado responder a las necesidades tanto a corto como a largo plazo».
El Arzobispo de Boston declaró también que «En nuestra Plenaria, hemos afinado algunos ajustes clave de nuestra metodología de trabajo con el fin de clarificar nuestros diferentes papeles y crear un sentido de propiedad común de nuestro mandato y de nuestra responsabilidad colectiva en su puesta en práctica. El Santo Padre nos ha pedido mucho, y todos estamos comprometidos a lograrlo. Hemos buscado los recursos necesarios para responder adecuadamente y confiamos en el plan que hemos definido y en las personas que trabajan con nosotros».