(ZENIT Noticias / Lisboa, 04.08.2023).- La mañana del viernes 4 de agosto, tras haber celebrado la misa en privado en la Nunciatura Apostólica, Papa Francisco se trasladó en coche al Jardín Vasco de Gama donde, a las 9 de la mañana, confesó a algunos jóvenes de la JMJ. A continuación, se trasladó en coche al Centro Paroquial de Serafina.
Antes de abandonar la Nunciatura, el Papa Francisco se reunió brevemente con una anciana de 106 años, Maria da Conceição Brito Mendonça, nacida el día de las apariciones de Fátima, el 13 de mayo de 1917, y con la joven Edna Pina Lopes Rodrigues, que padece una grave enfermedad y a la que el Papa había enviado un mensaje de afecto y oración el pasado mes de junio.
Tras la confesión de algunos de los jóvenes de la JMJ, el Papa Francisco se reunió con representantes de algunos de los Centros Asistenciales y de Caridad del Centro Paroquial de Serafina. En el encuentro estuvieron presentes el Centro Paroquial de Serafina, la Casa Familiar Ajuda de Berço y la Asociación Acreditar.
Tras el himno de apertura y la bienvenida del Párroco y del Director del Centro, tuvieron lugar las presentaciones del Centro Parroquial de Serafina, de la Casa Familiar Ajuda de Berço y de la Asociación Acreditar. Allí el Papa pronunció un discurso.
Al final del encuentro, tras el rezo del Padre Nuestro, la Bendición final y la interpretación de un himno, el Santo Padre regresó a la Nunciatura Apostólica en Lisboa donde, a las 12.00 horas, almorzó con el Patriarca de Lisboa, el Card. Manuel Clemente, y con 10 jóvenes de distintas nacionalidades. Antes del almuerzo con los jóvenes, el Papa Francisco también se reunió brevemente con el periodista israelí Henrique Cymerman.
A su regreso a la Nunciatura, al final de la mañana, el Papa Francisco recibió la visita de una delegación del centro de diálogo internacional KAICIID, acompañada por el Card. Ayuso.
Al saludar a la delegación, agradeció la visita y dirigió unas palabras a los presentes sobre el valor de la fraternidad y el diálogo y el peligro del monólogo y el proselitismo.
A continuación, el Papa Francisco entabló conversación con Rahim Aga Khan, hijo del líder de la comunidad ismaelita, que tiene su centro en Lisboa.
Por último, el Papa recibió a un grupo de religiosos y personas de diferentes confesiones y denominaciones cristianas implicadas en el compromiso ecuménico e interreligioso de la Iglesia portuguesa.
El Papa Francisco agradeció a los presentes la fraternidad vivida, sus esfuerzos por el diálogo, y les recomendó cuidar a los jóvenes, que «son alegres, pero no superficiales», y corren el riesgo de ser «anestesiados» por el mundo que les rodea.