Iulia Cazan
(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Nueva York, 25.08.2023).- La nueva política de desinformación médica de YouTube censurará cualquier vídeo que vaya en contra de las directrices de la Organización Mundial de la Salud sobre el aborto.
La política cita específicamente la información sobre el aborto entre los ejemplos de contenido que se pretende censurar. Según la política, los tipos de declaraciones que YouTube planea censurar incluyen «afirmaciones de que el aborto comúnmente resulta en o conlleva un alto riesgo de infertilidad o futuros abortos espontáneos» y «afirmaciones de que el aborto causa cáncer de mama».
Dado que los ejemplos proporcionados en la política no son exhaustivos, cabe esperar que muchas otras afirmaciones que discutan o planteen preguntas sobre los efectos nocivos del aborto sean etiquetadas como desinformación y eliminadas por YouTube.
El Dr. Garth Graham, Director de Asociaciones Sanitarias y de Salud Pública de YouTube, dijo que la política contribuye a su visión a largo plazo de mejorar sus «directrices comunitarias».
Las «directrices de la comunidad» son a menudo opacas y en gran medida desconocidas para los usuarios, pero es ampliamente reconocido que se utilizan para eliminar opiniones conservadoras. A pesar de sus compromisos anteriores de equilibrar la censura de contenidos con la posibilidad del diálogo público, esta política aclara que el debate médico y la discusión abierta sólo se permitirán en YouTube siempre que se ajusten a la OMS.
La OMS tiene una postura clara sobre el aborto, a saber, que en general es un procedimiento seguro si se siguen las directrices de la OMS y que «la falta de acceso a una atención segura, oportuna, asequible y respetuosa del aborto es un problema crítico de salud pública y derechos humanos». Al declarar que el aborto es un derecho humano, la OMS hace una declaración normativa que YouTube podría utilizar para marcar o eliminar contenidos que rechacen este punto de vista.
YouTube no especifica qué ocurriría si la OMS y las autoridades sanitarias locales discreparan en su interpretación o recomendación de la prevención o los tratamientos de enfermedades.
Tampoco está claro cómo afectará esta política a los numerosos testimonios personales de mujeres que han abortado y han sufrido complicaciones y efectos secundarios negativos para su salud física y mental. La política de YouTube permite a los usuarios subir sus experiencias personales sobre afecciones o tratamientos médicos a través de la función «Personal Stories Shelf» (Historias personales) de la plataforma, pero siempre y cuando no se desvíen de lo personal hacia afirmaciones fácticas o de defensa más generales.
La única otra excepción en la que podría tolerarse información contraria a las directrices de la OMS es si se considera de «interés público», pero es probable que esto no se aplique tanto a las historias personales como a las declaraciones de personajes públicos que puedan ser políticamente relevantes.
El nuevo marco de YouTube representa una continuación del mismo tipo de control de contenidos que las plataformas de medios sociales, incluidas YouTube, Meta y Twitter, llevaron a cabo en relación con COVID-19. Meta y Twitter eliminaron publicaciones basándose en el mismo principio de la política de YouTube, es decir, cuando compartían información que contradecía las directrices del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) o de la OMS y se consideraba que podía «producir daño» y, si se difundía, se pensaba que podía producirlo.
En los últimos tres años, muchas publicaciones «peligrosas» que fueron retiradas o marcadas por las empresas de redes sociales en virtud de estas políticas de moderación de contenidos resultaron ser ciertas o, al menos, presentaban preocupaciones públicas o cuestiones científicas válidas.
Traducción del original en lengua inglesa realizada por el director editorial de ZENIT.