Christophe Pierre Nuncio Apostólico de Estados Unidos Foto: Catholic University

Estados Unidos, los católicos y la polarización: Nuncio del Papa aborda los temas

Consultado sobre el comentario reciente del Papa sobre el riesgo de polarización en la Iglesia de Estados Unidos y cómo manejarlo, monseñor Pierre consideró que esta situación no sólo afecta a Estados Unidos

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Rafael Manuel Tovar

(ZENIT Noticias / Washington, 16.09.2023).- En una entrevista con los medios vaticanos, el Nuncio del Papa en los Estados Unidos comentó aspectos del próximo Sínodo y sobre las soluciones para evangelizar la vertiginosa sociedad en que vivimos.

El arzobispo Christophe Pierre fue nuncio apostólico en Haití, Uganda y México. Desde 2016 representa actualmente al Papa en Estados Unidos de América. Es originario de Rennes, Francia, y pasó su infancia en África. Luego estudió en Roma y entró en el cuerpo diplomático de la Santa Sede en 1977.

Consultado sobre el comentario reciente del Papa sobre el riesgo de polarización en la Iglesia de Estados Unidos y cómo manejarlo, monseñor Pierre consideró que esta situación no sólo afecta a Estados Unidos, sino a todo el mundo, sobre todo en la política. “Me llama la atención la dificultad que tienen a veces los políticos para hablar entre ellos en la resolución de problemas concretos. La polarización viene de que uno olvida fácilmente la concreción en la realidad, que es siempre entre las personas: cuando se cierra o se olvida a las personas, a las situaciones concretas, se va hacia las ideas, se polariza, en lo que en Estados Unidos llamamos una «guerra cultural»».

Sobre esta guerra cultural que hay en la sociedad, explicó: “Tomemos un problema concreto, el de la inmigración: gran problema en nuestra sociedad y no sólo en Estados Unidos. Es un problema concreto del que no hay otra salida que resolverlo. Pero la sociedad se muestra -sobre todo en Estados Unidos- incapaz de resolverlo y se polariza en torno a soluciones que nunca se ponen en práctica”.

Expuso el trabajo de los católicos en Estados Unidos sobre la situación de los inmigrantes: “La Iglesia americana ha hecho un trabajo extraordinario durante los últimos 50 años en la defensa de valores reales: el valor de la vida, la lucha contra el aborto, la defensa de los más pobres… La Iglesia americana es extraordinaria en la defensa de los más pobres. El riesgo, dice el Santo Padre, es centrarse sólo en el ‘valor’ y perder de vista a la persona. Hay que defender siempre la vida de las personas concretas. Y esto lo hace la Iglesia”.

El caso de la inmigración y de la defensa de la vida sirve a monseñor Pierre para aclarar la polarización que se da en los gobernantes y cómo afecta a toda la sociedad: “No se trata sólo de una batalla de ideas, sino de un compromiso que deben asumir todos los estamentos de la sociedad y de la Iglesia, en colaboración mutua. Por ejemplo, la lucha por la vida debe concretarse a todos los niveles. Hay un magnífico movimiento en Estados Unidos para acompañar a las madres. Es lo que nos pide el Papa, para que no seamos sólo defensores de ideas, porque, si sólo defiendo una idea, quien discrepa conmigo se convierte en mi enemigo. Y entonces el efecto es el contrario: al final hacemos una lucha cultural y nos olvidamos de la realidad”.

Sobre el Sínodo que inicia el mes de octubre, plasmó cómo se ve la sinodalidad en la Iglesia de Estados Unidos: “Algunos tienen miedo, mucha gente ha demonizado la idea de la sinodalidad, por falta de comprensión de lo que quiere el Santo Padre. Creo que el Papa lo ha lanzado porque ve que la sociedad ha cambiado. Recuerdo que, en la conferencia de Aparecida, en 2007, surgió un tema muy importante: el cambio de época, es decir, en este mundo globalizado, un mundo nuevo, los problemas son nuevos. Entonces, la Iglesia entendió que teníamos que caminar juntos para encontrar soluciones para evangelizar un mundo nuevo. Caminar juntos, como Iglesia, a través del método del encuentro y del diálogo”.

El nuncio aconseja aprovechar la oportunidad que ofrece el Sínodo para revitalizar la vida eclesial en la coyuntura actual: “Mucha gente tiene un poco de miedo al diálogo porque, para dialogar, hay que abrirse, ser un poco pobre y buscar soluciones juntos. El Sínodo lanzado por el Santo Padre es precisamente esto. Por desgracia, mucha gente no ha leído bien todas las intervenciones de Francisco, cuando por ejemplo dice: «Debemos estar juntos, dialogar, escucharnos. Escuchar, rezar juntos y pedir al Espíritu Santo que nos inspire’. Hay quienes piensan que se trata de rehacer una nueva Iglesia que no tiene nada que ver con la antigua y empiezan a decir: ‘¡Es un desastre!’. El reto hoy es superar ese miedo y empezar a caminar de nuevo…»”.

Aquí es bueno retomar también las palabras del Santo Padre cuando, a su regreso de Mongolia, según informó Zenit, se le preguntó sobre cómo evitar la polarización ideológica. Y el Papa Francisco respondió: “Usted ha hablado de evitar las presiones ideológicas. En el Sínodo no hay lugar para la ideología, es otra dinámica. El Sínodo es diálogo entre bautizados, entre miembros de la Iglesia, sobre la vida de la Iglesia, sobre el diálogo con el mundo, sobre los problemas que afectan hoy a la humanidad. Pero cuando se piensa solo en un camino ideológico, el Sínodo se acaba”.

El Papa aclaró más esta visión: “En el Sínodo no hay lugar para la ideología, hay lugar para el diálogo, para confrontarnos, entre hermanos, y confrontar la doctrina de la Iglesia. Seguir adelante. Luego quiero subrayar que la sinodalidad no es un invento mío: fue de san Pablo VI. Cuando terminó el Concilio Vaticano II, se dio cuenta de que en Occidente la Iglesia había perdido la dimensión sinodal: la Iglesia de Oriente la tiene. Por eso creó la Secretaría del Sínodo de los Obispos, que en estos sesenta años ha llevado adelante la reflexión de manera sinodal, en progreso continuo, avanzando. Cuando se cumplieron cincuenta años de esta decisión de san Pablo VI, firmé y publiqué un documento sobre lo que es el Sínodo, sobre lo que ha ido adelante. Y ahora ha avanzado, ha madurado más. Y, por eso, me pareció muy bien tener un Sínodo sobre la sinodalidad, que no es una moda, es una cosa antigua, la Iglesia de Oriente la ha tenido siempre”.

Monseñor Pierre aplica esta misma proyección sobre la Iglesia americana: “Lo veo en mi país -llevo siete años en Estados Unidos-: hay necesidad en la Iglesia de gran diálogo, de gran escucha. Creo que la dirección que todos debemos tomar es organizar la escucha. Y permitir que todos, todos, tengan derecho a la palabra. Un derecho a la palabra que no significa imponer una teoría o una agenda, sino decir lo que siento, siempre en la línea de la evangelización. El Papa manifestó la urgencia en el mundo actual, que ha cambiado, de evangelizar, porque hay pérdida de valores y muchas personas han olvidado su vocación y misión: la de ser testigos de Jesús en la sociedad en la que viven. Es necesaria una nueva educación para la evangelización”.

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Redacción Zenit

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