Francesco Pessi
(ZENIT Noticias – Oasis Center / Milán, 23.10.2023).- Además de la compleja situación internacional, los gobiernos europeos tienen que hacer frente a la polarización de la opinión pública nacional provocada por los actos terroristas de Hamás y el asedio israelí a Gaza. En particular, dada la tensa situación y el apoyo incondicional concedido a Israel, algunos países (Francia, Alemania, Austria) han prohibido las manifestaciones de solidaridad con los palestinos de la Franja, a pesar de que éstas (la más multitudinaria se celebró en Londres, según documentó The Guardian) fueron en su mayoría pacíficas.
El leitmotiv de la prensa occidental es que la alerta de seguridad (incluida la prohibición de manifestaciones) es consecuencia directa del conflicto en curso. Aparte de los dos atentados de Francia y Bélgica, que no están explícitamente relacionados con el conflicto, durante la semana se han producido episodios de violencia antisemita en Berlín, donde el Wall Street Journal informa sobre casas marcadas con la estrella de David («siniestros ecos de los años 30») y bombas de papel detonadas en el centro judío Kahal Adass Jisroel, afortunadamente sin causar víctimas. En un eficaz resumen sobre el tema, The Financial Times informa de una oleada de islamofobia en todo el continente. En Londres, agentes antiterroristas registraron el domicilio de un cirujano anglo-palestino que había viajado a Gaza para atender a los civiles heridos por los bombardeos, al parecer sin motivo justificado. En Ratisbona (sur de Alemania), un extremista previamente conocido por las autoridades intentó matar a un joven sirio empujándolo desde un puente. Pero es sobre todo el brutal asesinato de un niño musulmán de seis años en Estados Unidos lo que ha «conmocionado a las comunidades musulmanas europeas», según sus representantes entrevistados por el periódico.
En Francia, donde la alerta terrorista es muy alta, el Conseil d’Etat dictaminó que la prohibición de las manifestaciones será evaluada caso por caso por los prefectos, ya que el «apoyo a la población palestina» no basta para impedir el acto. Al mismo tiempo, La Croix informa de que el Consejo rechazó el recurso presentado por el Comité de Acción Palestina contra la orden del ministro del Interior, Gérald Darmanin, de prohibir todas las manifestaciones. «El Ministerio», comenta un miembro del Comité, «fue recordado en su derecho por el Consejo». Según Camille Lons (Consejo Europeo de Relaciones Exteriores), la situación en Gaza corre el riesgo de polarizar aún más un país ya profundamente dividido. Más allá del frente político (el ala izquierda de La France Insoumise se ha negado a reconocer los atentados de Hamás como «terroristas», mientras que el ala derecha de la Rassemblement National se ha puesto enfáticamente del lado de Israel), el experto recuerda que el país transalpino alberga a seis millones de musulmanes (en su mayoría ciudadanos franceses) y a la mayor comunidad judía de Europa. Aunque desde el estallido del conflicto se han denunciado a las autoridades más de un centenar de gestos antisemitas, hasta ahora no ha habido víctimas. Frente a la creciente islamofobia, Macron llamó a los franceses a distinguir entre la carnicería de Hamás y la causa palestina.
Varios periódicos no occidentales dedican también un espacio considerable a las repercusiones del conflicto israelo-palestino en Europa. El Jakarta Post, por ejemplo, destaca la retirada de la mayoría de los periódicos árabes de la Feria Internacional del Libro de Fráncfort después de que la organización decidiera aplazar la concesión del premio a la escritora palestina Adania Shibli tras el estallido de la guerra. La postura explícita adoptada por la feria, que anunció para esta edición un espacio extraordinario dedicado a autores judíos e israelíes, provocó también la retirada de Malasia, motivada por el Ministerio de Educación con «la postura del gobierno de plena solidaridad y apoyo a los palestinos».
The New Arab, al informar de la noticia, recuerda el apoyo histórico de los malayos a la causa palestina. Durante la semana, el periódico panárabe es también uno de los pocos que menciona las posiciones neutralistas o pro palestinas de algunos (pocos) gobiernos europeos. Así, si Gales y Escocia se niegan a izar la bandera israelí ante sus respectivos parlamentos para «mostrar su solidaridad con el sufrimiento de los palestinos y hacer hincapié en la paz como única solución», el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, en una entrevista a la televisión nacional RTE, al tiempo que condena los gestos de Hamás, acusa explícitamente a Israel de violar el derecho internacional al imponer el asedio.
El Global Times, periódico chino en lengua inglesa, aborda la cuestión de las reacciones europeas a la guerra en curso en Oriente Próximo haciendo hincapié en la profundidad de la «división racial» y las «tensiones étnicas» en el Viejo Continente. Aunque vincula las atenciones en Francia y Bélgica a la atmósfera incandescente creada en Europa por el conflicto israelo-palestino, el periódico considera que la violencia es el resultado de una división estructural en el seno de las sociedades europeas. El llamamiento perentorio es, por tanto, a «abordar y resolver primero las propias divisiones internas, en lugar de eludir el problema y fomentar el conflicto en otros lugares», en referencia a la clara postura de los gobiernos del lado de Israel.
Traducción del original en lengua italiana realizada por el director editorial de ZENIT.