(ZENIT Noticias / Roma, 16.11.2023).- Por la tarde del jueves 16 de noviembre de 2023, poco después de las 16 horas, el Papa Francisco llegó a la parroquia de Santa María Madre de la Hospitalidad, en Via del Torraccio 270, en el barrio de Villa Verde, en la periferia este de Roma, para un encuentro con unos cuarenta sacerdotes, entre presbíteros de la XVII prefectura, párrocos prefectos del sector este de la diócesis de Roma, capellanes de hospitales y estudiantes universitarios. Fue recibido por el obispo auxiliar de esa parte del territorio diocesano, el sector oriental, monseñor Riccardo Lamba, y el párroco de Santa Maria Madre dell’Ospitalità, padre Rocco Massimiliano Caliandro. Tras el diálogo con los sacerdotes, el Santo Padre visitó la Aldea de la Hospitalidad, un complejo de doce pisos adyacente a la parroquia donde viven familias en situación de emergencia habitacional, tanto italianas como extranjeras. Entre otras, había también una familia que había huido de Ucrania a causa de la guerra. Hacia las 18.10, el Papa Francisco abandonó la parroquia para regresar al Vaticano.
El del obispo de Roma con sus sacerdotes fue «un diálogo muy abierto, cordial y familiar», dice monseñor Lamba. El Papa ‘animó a todos a continuar con el buen trabajo que ya están haciendo’, prosiguió el obispo auxiliar del sector oriental, ‘a seguir estando entre la gente, a proponer continuamente el Evangelio aunque haya dificultades’. Dijo seguir teniendo este estilo sinodal en las parroquias, que implica una continua colaboración entre laicos y sacerdotes’. Fueron muchos los temas que se trataron en más de hora y media de reunión, «desde la evangelización a la pastoral familiar, pasando por los sacramentos», continuó. Tras el encuentro con los sacerdotes, el Papa Francisco visitó la Aldea de la Hospitalidad, «saludando cariñosamente uno a uno a los huéspedes, entre los que había muchos niños y algunas personas con discapacidad», añade monseñor Lamba.
«Actualmente viven en la Aldea siete familias y personas que esperan reunirse con sus maridos, esposas o hijos, en un total de 12 pisos», explica el padre Caliandro, «que se construyeron cuando se edificó el complejo parroquial. También hay muchos niños, que asisten a las escuelas locales. Con la ayuda de un grupo de voluntarios y el apoyo de toda la comunidad, intentamos estar cerca de estas familias tanto humana como materialmente, ofreciéndoles no sólo alojamiento sino también la posibilidad de tomar alimentos de un almacén que tenemos aquí en la parroquia. Sin embargo, queremos que conserven su dignidad, por lo que pedimos una contribución simbólica para los gastos energéticos o de mantenimiento. No todos pueden darla y no es un problema… También ayudamos a algunos de ellos a encontrar trabajo. La cercanía del Papa nos ha animado». Al Papa «le ha resonado una palabra en referencia a todos los temas tocados en el encuentro con nosotros los sacerdotes», comenta el párroco, «y es ‘riesgo’, compromiso con la gente, hacer prevalecer siempre la atención a las personas».
