(ZENIT Noticias / Viena, 21.11.2023).- El Observatorio sobre la Intolerancia y la Discriminación contra los Cristianos en Europa (OIDAC) publicó el 16 de noviembre su informe anual con motivo del Día Internacional de la Tolerancia. Destaca que los delitos de odio contra los cristianos aumentaron: 748 crímenes de odio durante 2022.
El Observatorio se fundó en 2010 y tiene sede en Viena, Austria. Registra los casos de persecución religiosa y las restricciones a las libertades fundamentales en delitos motivados por el odio a los cristianos en toda Europa.
El último informe de OIDAC Europa registró un aumento de 44% durante el último año en los crímenes de odio anticristianos. Son notables los ataques incendiarios a iglesias, que aumentaron 75% entre 2021 y 2022. La organización observó que la mayoría de los delitos vienen de motivaciones extremistas y se dirigen especialmente contra los cristianos que expresaron su cosmovisión tradicional, sufriendo incluso discriminación legal en países que se consideran defensores de la libertad.
Si bien los cristianos no sufren la persecución igual que en Oriente Medio o en Nicaragua, las agresiones han empeorado en la última década. Por ejemplo, OIDAC verificó 325 casos en 2018 contra los cristianos en Europa y más de 500 en 2021. Han crecido a 748.
Madeleine Enzlberger, Directora ejecutiva del Observatorio en 2021, comentó que “se cometieron muchos delitos motivados por el odio contra iglesias en los que se atacó a personas, se destrozaron iglesias, se interrumpieron misas, cosas así. Y aquí es realmente donde todo el mundo debería trazar la línea, diría yo. Cada vez se enfrentan a más desafíos”.
En 2022, OIDAC Europe documentó los 748 crímenes de odio anticristianos en 30 países diferentes: ataques incendiarios, grafitis, profanaciones, robos en los templos o instituciones, así como agresiones físicas, insultos y amenazas a creyentes. Las cifras del Informe de la OSCE, Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, contabilizaron 792 crímenes de odio anticristianos en 34 países, calificados como delitos de odio, en su informe publicado el mismo 16 de noviembre. La OSCE informa que los cristianos constituyen el grupo religioso más atacado después de los creyentes judíos.
Dos tendencias se dan en las agresiones: los ataques incendiarios, que pasaron de 60 en 2021 a 105 en 2022, y el crecimiento de los crímenes de odio perpetrados por miembros radicalizados de grupos ideológicos, políticos o religiosos, guiados por posiciones claramente anticristianas.
La directora actual de OIDAC Europa, Anja Hoffmann, resalta el aumento de actos vandálicos relacionados con la motivación extremista, que tiene mayor aceptación del ataque a las iglesias por la sociedad: «Mientras que en el pasado los motivos detrás del vandalismo o la profanación de iglesias seguían siendo en gran medida poco claros, ahora nos encontramos con que cada vez más perpetradores dejan mensajes que revelan un motivo extremista o, incluso, reclaman con orgullo la autoría en las redes sociales de los crímenes cometidos».
El informe de OIDAC también registra otras formas de discriminación contra los cristianos: perdida de sus empleos por manifestar su fe, suspensión o proceso penal por expresar su posición religiosa no violenta en público, ataques o acusaciones por presuntamente cometer «discurso de odio», a veces simplemente por adherirse a las enseñanzas tradicionales de sus iglesias. Son conocidos los despidos de los maestros Ben Dybowski y Joshua Sutcliffe, profesores en Oxford, y el capellán de la escuela Trent College, el reverendo Bernard Randall, en Derbyshire, Inglaterra.
La Representante de la OSCE para la Lucha contra el Racismo, la Xenofobia y la Discriminación, Regina Polak, expresó su preocupación por el creciente número de casos, dado que su departamento también investiga la intolerancia y la discriminación contra los cristianos y miembros de otras religiones: «El creciente número de delitos de odio anticristianos en Europa denunciados por OIDAC es profundamente preocupante. Es absolutamente necesario crear conciencia sobre este problema, tanto en el gobierno como en la sociedad, y tomar medidas políticas para abordarlo y combatirlo con decisión».
Anja Hoffmann indicó: «La criminalización de las expresiones de las enseñanzas religiosas tradicionales, que no incitan a la violencia o al odio, como el ‘discurso de odio’, es peligrosa en varios niveles: estigmatiza las convicciones legítimas relacionadas con la conciencia y, al mismo tiempo, debilita la gravedad del discurso de odio real». Sirve la reflexión de que “silenciar las voces cristianas públicas socava la pluralidad de las sociedades democráticas occidentales y hace que la libertad de expresión sea esencialmente imposible”.
Se han dado restricciones legales a la libertad de religión y de reunión con proyectos de ley en el Reino Unido, como las llamadas «zonas de amortiguamiento», que criminalizan la oración y las manifestaciones religiosas ante las clínicas de aborto. Fue sorprendente el arresto de Isabel Vaughan-Spruce, interrogada por la policía cuando estaba de pie en silencio en una «zona de amortiguamiento» e investigada por si «rezaba en su mente».
La OIDAC Europa observó violación al derecho de los padres para educar a sus hijos según sus creencias religiosas. Así son las limitaciones a la libertad de conciencia que eliminan las cláusulas de conciencia en las leyes médicas, colocando en posición vulnerable al personal médico que se niega a participar en determinadas prácticas por motivos de conciencia, sea aborto o eutanasia, convirtiendo a la autoridad civil en opresora de la libertad de conciencia de estos ciudadanos.
«Cuando los cristianos se vean obligados a elegir entre sus valores éticos y sus profesiones, la sociedad se enfrentará a un futuro difícil», manifestó Anja Hoffmann. «Al crear conciencia y proporcionar un análisis en profundidad de los derechos humanos de estos acontecimientos, OIDAC Europe espera contribuir a salvaguardar la libertad religiosa de los cristianos y de todos los creyentes en toda Europa».