(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 22.11.2023).- Minutos antes del inicio de la audiencia general que el Papa celebra semanalmente en la Plaza de San Pedro, Francisco recibió en audiencias separadas a dos grupos de personas: por un lado, a familiares de gazatíes atrapados en medio de los bombardeos israelíes que azotan Gaza (incluso a algunos que han logrado salir de allí gracias a su doble nacionalidad); y por otra parte, a familiares de personas secuestradas por el grupo terrorista Hamas, secuestro que se remonta al origen del conflicto reciente, el 7 de octubre pasado.
Tras ambos encuentros, tanto palestinos como israelíes han dado ruedas de prensa en la capital italiana. Ambos han destacado que el Papa escuchó sus historias y el hecho de haberse trasladado hasta la Ciudad del Vaticano responde al hecho de que la voz del Papa es escuchada por todos. Por su parte, la Sala de Prensa de la Santa Sede se ha esmerado en subrayar que se trata de encuentros de carácter humanitario.
“El Papa Francisco no solo es el líder espiritual de dos mil millones de cristianos, sino también una autoridad moral indiscutible en todo el mundo”, dijo Rachel, madre de un hijo secuestrado por Hamas. Y agregó: “También se le escucha mucho en el mundo musulmán, lo que es especialmente importante para nosotros. Y su voz influye en los poderosos de la tierra para que también ellos sean conscientes de que la prioridad hoy es liberar a todos los rehenes. Si hoy se liberan los 50 primeros, no debemos olvidar que hasta 190 siguen en manos de los secuestradores. Sobre todo, espero que la Cruz Roja pueda visitar pronto a los rehenes; pienso en mi hijo herido en un brazo, pero también en todos los demás. También quiero dar las gracias a los medios de comunicación del Vaticano por cómo siguen nuestro sufrimiento: espero que pronto puedan entrevistar a mi hijo, que por fin ha sido liberado».
Al final de la audiencia general de este miércoles 22 de noviembre, el Papa dijo con voz clara y sentida: “Y no olvidemos perseverar en la oración por los que sufren a causa de las guerras en tantas partes del mundo, especialmente por el querido pueblo de Ucrania, la atormentada Ucrania, y de Israel y Palestina. Esta mañana he recibido a dos delegaciones, una de israelíes que tienen familiares como rehenes en Gaza y otra de palestinos que tienen familiares sufriendo en Gaza. Sufren mucho y he oído cómo sufren unos y otros: las guerras hacen eso, pero aquí hemos ido más allá de las guerras, esto no es guerra, esto es terrorismo. Por favor, avancemos por la paz, recemos por la paz, recemos mucho por la paz. Que el Señor ponga su mano ahí, que el Señor nos ayude a resolver los problemas y a no seguir con las pasiones que al final matan a todos. Recemos por el pueblo palestino, recemos por el pueblo israelí, para que llegue la paz”.
