(ZENIT Noticias / Oslo, 06.12.2023).- La Iglesia católica de Noruega publicó en su sitio web una carta personal del Papa Francisco escrita al dramaturgo Jon Fosse, Premio Nobel de Literatura 2023.
Fosse es un converso al catolicismo. “Tuve una especie de giro religioso en mi vida relacionada con adentrarme en lo desconocido. Era ateo, pero no podía explicar qué pasaba cuando escribía, qué hacía que sucediera. ¿De dónde viene? No podía responder. Siempre puedes explicar el cerebro de forma científica, pero no puedes captar su luz, o su espíritu. Eso es otra cosa”, explicó en una entrevista al diario New Yorker.
También tuvo problemas con el alcoholismo y la ansiedad. Su conversión al catolicismo le ayudó a afrontar los problemas. Gregory Wolfe, editor y director del sello Slant Books, declaró a Aleteia: “Como converso a la Iglesia católica, incluye la oración directamente en las historias. Los lectores dispuestos a aceptar la breve «curva de aprendizaje» que supone adaptarse a su estilo narrativo serán bien recompensados por un escritor de sensibilidad casi mística”.
Jon Fosse empezó a escribir para el teatro en la década de 1990. El comité del Nobel lo calificó como «uno de los dramaturgos más representativos del mundo». Era novelista afamado desde antes: escribió una serie de novelas tras su conversión, aclamadas en el mundo anglosajón.
El Papa le escribió con fecha del 18 de octubre, con mucha gratitud «porque su amable testimonio de fe y su comprometida voz literaria lleguen ahora a un público muy amplio». Hay que resaltar que el Papa fue profesor de literatura, faceta que se rebela en sus discursos y escritos, con frecuentes citas de escritores mundiales famosos y otros menos conocidos.
En su carta, el Papa Francisco subraya sobre el Premio Nobel «su capacidad para evocar los dones de gracia, paz y amor de Dios Todopoderoso en nuestro mundo, a menudo oscurecido, enriquecerá sin duda la vida de quienes comparten la peregrinación de la fe». La carta finaliza asegurándole oraciones y una bendición.
El obispo de Oslo, Bernt Eidsvig, calificó la carta del Papa de «gran -y merecido- honor»: «Demuestra no sólo que el premio atrae la atención internacional, sino que las palabras de Fosse llegan a todo el mundo, incluso a los pasillos del Vaticano».