(ZENIT Noticias / Washington, 21.12.2023).- El documento publicado esta semana por el Vaticano sobre el significado pastoral de las bendiciones insiste en que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer en fidelidad para toda la vida y abierta a los hijos, dijo el obispo Robert Barron de Winona-Rochester. Tras la publicación de Fiducia supplicans por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano, el presidente del Comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), abordó las preguntas y preocupaciones que han surgido.
«En mi calidad de presidente del Comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la USCCB, me gustaría responder a algunas de las preguntas y preocupaciones que han surgido a raíz de la publicación del documento del Vaticano, Fiducia Supplicans. La declaración no pide en modo alguno un cambio en la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la sexualidad. De hecho, se esfuerza en insistir en que, de acuerdo con la doctrina inmutable, el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer en fidelidad para toda la vida y abiertos a los hijos”, dice el prelado.
«Las bendiciones que permite para quienes mantienen relaciones irregulares no son de naturaleza litúrgica y, por tanto, no implican aprobación alguna de tales relaciones. Más bien, estas bendiciones son informales y espontáneas, diseñadas para invocar la misericordia de Dios para sanar, guiar y fortalecer. A pesar de cierta cobertura engañosa en la prensa, la declaración no constituye un «paso» hacia la ratificación del matrimonio entre personas del mismo sexo ni un compromiso de la enseñanza de la Iglesia respecto a quienes mantienen relaciones irregulares”, puntualiza.
Y finalmente agrega: «Fiducia Supplicans es muy congruente con la convicción que desde hace tiempo tiene el Papa Francisco de que aquellos que no viven a la altura de la plena exigencia de la enseñanza moral de la Iglesia son, sin embargo, amados y apreciados por Dios e invitados a aceptar la oferta de perdón del Señor.»