(ZENIT Noticias / Kentucki, 07.01.2024).- El señor David Ermold y el señor David Moore demandaron a Kim Davis, exsecretaria de un condado de Kentucky, en Estados Unidos, por negarse a emitir la licencia de matrimonio como pareja del mismo sexo, amparada en convicciones religiosas.
Ermold y Moore tenían una relación de 17 años y residieron en el condado de Rowan durante 10 años. Acudieron a la oficina del secretariado del condado el 6 de julio de 2015 para obtener licencia de matrimonio. La sra. Davis se negó a emitirlo. Los varones presentaron la demanda judicial el 10 de julio.
Kim Davis adquirió fama nacional en aquel año por desafiar el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos, que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ante la negativa de Davis para firmar la licencia de matrimonio por sus creencias religiosas, el juez de distrito David Bunning la declaró en desacato al tribunal y ordenó su encarcelamiento. Estuvo cinco días en prisión.
En 2022, el juez Bunning dictaminó la violación de los derechos constitucionales de Ermold y Moore y, en septiembre de 2023, condenó a Davis a pagar 100.000 dólares a la pareja como indemnización. En la última semana de 2023, el 28 de diciembre, el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Este de Kentucky exigió a Davis el pago de los honorarios por los gastos de abogados.
El juez escribió en la sentencia: “Habiendo obtenido un juicio sumario sobre responsabilidad y una indemnización por daños y perjuicios por parte del jurado, los demandantes son sin duda la «parte prevaleciente» y tienen derecho a una indemnización por los honorarios y gastos de abogados”, que son 246,026.40 dólares por los honorarios de abogados y 14,058.30 por gastos, un total de 260,084.70, pues “buscaban reivindicar su derecho fundamental a casarse y obtener licencias matrimoniales. Y así lo hicieron”.
El grupo legal Liberty Counsel, especializado en casos de excepciones religiosas y que representa a la Sra. Davis, argumentó que los honorarios eran excesivos, pero Bunning dictaminó que “las horas empleadas y las tarifas cobradas eran razonables”.