La esperanza de la “obispa” anglicana, sin embargo, encontraban un límite el jueves 8 por parte del Papa Francisco mismo. En un discurso al Dicasterio para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, el Papa dejaba claro una vez más, sobre el papel de la mujer en la Iglesia, que “no se puede reducir todo a la ministerialidad”.