(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 29.02.2024).- La Asociación de Pastores Evangélicos de Tapachula, en el Estado de Chiapas junto a la frontera de Guatemala, denunció el 21 de febrero al informativo La silla rota que, ante la ola de violencia en los municipios de Motozintla, Mazapa de Madero, El Porvenir y Bellavista, han cerrado sus templos.
El pastor Francisco Napabe explicó que el narcotráfico exige cuotas de 30,000 pesos por derecho de piso a sus iglesias para evitar represalias. La creciente violencia en la región de Sierra Mariscal ya ha cerrado 100 templos para evitar la extorsión que se ha cobrado vidas, como el reciente asesinato de un colega que se negó a pagar la cuota.
«Nuestro compañero de la iglesia Monte Sión fue hallado sin vida a la orilla del río. Se resistió a pagar la cuota exigida por el narcotráfico, y lamentablemente, su negativa le costó la vida. La situación es crítica, y muchas comunidades religiosas enfrentan la difícil decisión de cerrar sus templos para proteger a sus fieles», comentó el pastor Napabe.
La ola de violencia se extiende por 10 municipios de Chiapas, señaló Gamaliel Fierro Martínez, presidente de la Asociación de Pastores Evangélicos de Tapachula, en Chiapas. El pastor aseguró que quienes no han cerrado los tempos han reducido sus días de oración. A la iglesia católica no le está yendo mejor.
En este contexto, el presidente de México aprobó la negociación de los obispos del Estado de Guerrero de una ‘tregua’ con los criminales: “Lo veo muy bien”, declaró en su página de X el pasado 15 de febrero.
Los prelados del estado mexicano de Guerrero buscaron, sin éxito, acordar una tregua con los grupos de la delincuencia organizada los cuales han provocado muchas muertes en los últimos meses. Monseñor José de Jesús González, obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, reconoció que no se logró ese objetivo porque “nadie cedió” en su pretensión de controlar más territorio. Durante la misa del Miércoles de Ceniza, pidió participar en una jornada de oración y ayuno para pedir la paz para Guerrero.
El obispo mencionó que se pidió la tregua a finales de 2023, junto a los prelados de las diócesis de Acapulco, Tierra Caliente y Montaña cuando viajaron al Vaticano y dialogaron con el Papa Francisco sobre la violencia que se vive en Guerrero, México. El Papa respaldó la decisión para hacer lo posible en el alcance de la paz: “El Papa nos dijo que México ya tiene experiencia en este tipo de situaciones y nos dijo que sigamos tejiendo la paz, que la busquemos como artesanos de paz”.
El presidente López Obrador aseguró en el mismo mensaje que los sacerdotes, pastores e integrantes de todas las iglesias ayudan a conseguir la paz. En una declaración pública del mismo 15 de febrero, dijo: “Lo veo muy bien, creo que todos tenemos que ayudar y contribuir a que haya paz. Nada más que nada de acuerdos que signifiquen conceder impunidad, privilegios o licencia para robar”.
Monseñor González Hernández lamentó que la petición conjunta a los delincuentes fracasó, pues ninguno de los grupos depuso las armas para no perder su control territorial. “Empezamos a buscar diálogos con jefes que pueden darnos la paz, pero todavía se mueven intereses en el corazón y la cabeza de cada uno de ellos. Y lamentablemente no se logró”.
“Nosotros creemos que el gobierno tiene la solución y queremos también que no se corrompa: ellos pueden mediar porque tienen los medios, los recursos y el poder”. Añadió el obispo que la feligresía católica ha manifestado su temor de que se recrudezca la violencia en el marco del proceso electoral para las votaciones del próximo 2 de junio.
Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través deeste enlace.
